La física básica que deberá conocer el próximo Presidente

Yenny Hernández*

Los requisitos para ser presidente de Colombia son relativamente sencillos: ser colombiano de nacimiento, tener el aval de un partido, ser mayor de treinta años y adjuntar las obligatorias fotos tamaño documento. Los requisitos para otros países son seguramente igual de generales para dar oportunidad a todos los ciudadanos, independientemente de su nivel o tipo de formación.

Esta pluralidad en democracia ha permitido tener grandes lideres mundiales, como la ex primera ministra Angela Merkel, quien es física de formación, con doctorado en química cuántica. Aunque es claro que para ser presidente no es requisito tener formación científica, cada vez más y más lideres buscan aumentar su formación en física para poder tomar mejores decisiones en un mundo de rápidos cambios tecnológicos.

Sobre este tema, en 2008, el Profesor Richard A. Muller, de la Universidad de California - Berkeley (EE. UU.) escribió el libro Physics and technology for future Presidents (Física y tecnología para futuros presidentes) que no solo fue un éxito de ventas, sino que sirvió como base para un curso que ha tenido hasta 500 inscritos al año. En esta columna mencionaré tres conceptos importantes incluidos en dicho libro, y que deberían ser de conocimiento básico para líderes y futuros presidentes.

En primer lugar, está el concepto de cómo se miden las cosas, en particular el tiempo, luego está la importante diferencia entre energía y potencia y, por último, el potencial de la energía nuclear.

En física, las cantidades están definidas a partir de estándares comunes para todos, como el kilogramo, el metro y el segundo. Estos estándares son fundamentales para el comercio a cualquier escala; es por esto que los gobiernos tienen oficinas de metrología que cuidan su aplicación de forma rigurosa. En muchos países, estas oficinas hacen investigación de punta, fundamental para la economía, para hacer cosas como un reloj que se descuadra un segundo en la edad del universo (NIST – Boulder, Colorado).

Esta investigación es costosa para lo que nuestros políticos llaman “presupuesto apretado” (para otras cosas sí hay dinero), pero, quizás, un conocimiento básico sobre cómo se mide el tiempo es importante para los líderes a los que les venden millonarios contratos en los que es necesaria una medida muy precisa del tiempo como redes 5G.

Otro concepto físico que es muy importante es la diferencia entre energía y potencia. La primera es qué tanta capacidad tengo de realizar un trabajo y, la segunda, es qué tan rápido puedo hacer ese trabajo. Una galleta de chips de chocolate tiene mucha energía almacenada pero baja potencia. Los explosivos tienen poca energía almacenada pero alta potencia. Estos dos conceptos son básicos para entender el encendido de carros convencionales o poner en la balanza las ventajas de la movilidad eléctrica. Adicionalmente, estos nos permiten ver que con unos cuantos kilogramos de Uranio seríamos capaces de producir la misma cantidad de energía que quemando millones de toneladas de carbón, sin la emisión de los gases de efecto invernadero.

La energía producida por decaimientos nucleares es inmensa y de gran potencial para la medicina y la industria. Sin embargo, la mala prensa que ha recibido esta tecnología, primero por Hiroshima, y luego por el activismo de Green Peace, ha hecho que el público sea reticente a su uso.

Es tal la mala fama que la resonancia magnética nuclear debió cambiar su nombre a Imágenes por Resonancia Magnética (MRI por sus siglas en inglés). Este miedo infundado hizo que, hace 10 años, luego del accidente de Fukushima, hubiese marchas en todo el mundo para pedir que se apagasen la plantas nucleares.

En 2012, mientras participaba en un evento de Premios Nobel en Lindau, Alemania, el ministro de energía de Alemania dijo sin ruborizarse que ellos sabían que apagar las plantas era una muy mala idea, pero que ellos eran políticos y que debían hacer lo que el público quería. Hoy, 10 años después, y con una dependencia no saludable del gas ruso, Alemania se prepara para encender de nuevo sus plantas de producción de energía con carbón, en el punto de inflexión donde los efectos en el cambio climático serán irreversibles.

Los retos para un líder o futuro presidente son amplios, y podría seguir con ejemplos como el efecto en la economía y la seguridad nacional de la segunda revolución cuántica o el efecto de corrección de la temporal relativista en GPS. Por ahora esperemos que el presidente electo haga del ministerio de Ciencia una bandera de investigación básica y desarrollo sostenible.  Y, mientras eso ocurre, luchemos para que la desinformación científica no nos haga tener que cambiarle el nombre al horno microondas.

*Vicedecana de Investigaciones – Facultad de Ciencias

¿El monstruo del lago Ness en Colombia? Una mirada a la vida de los plesiosaurios del Mesozóico

Leslie F. Noé*

Cuenta la leyenda que, en las oscuras aguas del Lago Ness, en Escocia, oculto a la mirada de todos, habita una criatura conocida popularmente como Nessie. Ha sido bautizado Nessieteras rhombopteryx por quienes creen que se trata de un monstruo marino de cuello largo, al que se ha considerado un superviviente prehistórico y cuya anatomía se ha popularizado a lo largo de la historia [1]. La fascinación por esta criatura ha crecido desde que la noticia se reportó por, primera vez, en el periódico escocés el Inverness Courier,c  en 1868; consecuentemente, han surgido un sinnúmero de libros, mitos y películas de Hollywood [2] 

Sin embargo, aunque la idea suene encantadora, este fantasioso y críptico animal solo es parte del folclore mundial. Sus contrapartes reales, que tienen características muy similares al mítico monstruo del Lago Ness, habitaron los mares del Mesozoico (entre 201 y 65 Millones de años atrás) en Colombia, pero se extinguieron hace 65 millones de años [3]. Estamos hablando de los plesiosaurios, reptiles marinos que medían entre dos y 15 metros de longitud, y presentaban características físicas muy similares a Nessie [4]. 

Reconstrucción de un plesiosaurio, la especie colombiana Callawayasaurus colombiensis. Ilustración de Andrés Chaparro, con permiso y copyright © 2021 de Andrés Chaparro y del Museo Geológico Nacional José Royo y Gómez, Servicio Geológico Colombiano, todos los derechos reservados.

Datos curiosos 

Existe mucha controversia con respecto a la existencia de un verdadero monstruo del Lago Ness. Los turistas acuden a este legendario lugar en Escocia esperando avistar el monstro, resultando en una gran cantidad de dudosa evidencia respaldando la existencia de este gran monstruo del Mesozoico. Lo cierto es que, a pesar de la supuesta evidencia fotográfica, el registro fósil existente evidencia que los plesiosaurios no podían doblar su cuello arriba como un cisne, lo cual es una parte fundamental de la leyenda del monstruo del lago Ness [5]. 

El primer registro científico reportado de un plesiosaurio ocurrió, en 1821, a cargo de Mary Anning, en el sur de Inglaterra. Desde entonces, numerosos ejemplares han sido encontrados mundialmente, algunos de ellos muy bien preservados. Gracias a su exitosa supervivencia durante el Mesozoico, hay registro de fósiles de plesiosaurios en todos los continentes alrededor del mundo, incluyendo Colombia.

La alta cantidad de fósiles encontrados ha permitido realizar análisis de variabilidad dentro de las especies, haciendo posible la comparación entre especímenes determinados [6]. Por ejemplo, el fósil de plesiosaurio más grande registrado, que se encuentra en el libro de los Guinness World Records, es atribuido a un Liopleurodon, hallado en el Reino Unido, que puedo haber alcanzó una longitud de 25 metros. 

El primer esqueleto completo de un plesiosaurio, descubierto en Lyme Regis, en la costa sur de Inglaterra. Descubierto por Mary Anning y publicado por William Conybeare en 1821.

¿Cómo se movían estos gigantes? 

Los plesiosaurios fueron únicos entre los vertebrados que utilizaron dos pares de aletas (normalmente con las delanteras un poco más largas que las traseras) para moverse a través de los océanos del Mesozoico [7]. A partir de los restos fósiles y modelos computacionales, se ha determinado que el modo de natación de estos reptiles marinos se parecería al de algunos tetrápodos (que tienen cuatro patas) que 'vuelan' bajo el agua, como las tortugas marinas y los pingüinos [6]. Adicionalmente, se piensa que las extremidades únicas de los plesiosaurios podían usar los flujos oceánicos turbulentos a su favor, y que las extremidades anteriores y posteriores les permitirían moverse velozmente y con gran control cuando buscaban comida [9]. 

Se cree que las puntas de las extremidades se movían en forma de ocho, generando empuje durante todo el ciclo de movimiento, como las tortugas o los leones marinos en la actualidad. Sin embargo, las aletas anteriores y posteriores de los plesiosaurios podrían haber trabajado ligeramente fuera de fase [8]. Permitiéndoles seguir una trayectoria oblicua para reducir la fricción dentro del agua y poder sumergirse o subir a la superficie fácilmente, ganando velocidad, potencia y ligereza al desplazarse [9]. 

Sabemos que los plesiosaurios podían mover su largo cuello hacia abajo con mayor facilidad que en cualquier otra dirección. Las costillas a ambos lados del centrum (el cuerpo central) de las vértebras dificultarían el movimiento lateral, y la espina neural en la parte superior del centrum restringiría severamente el movimiento hacia arriba. Además, el cuello tampoco era lo suficientemente flexible para realizar movimientos bruscos, necesarios (por ejemplo) para la cacería, ya que sus uniones eran esencialmente planas [5, 10]. 

Esquema de una vértebra cervical (del cuello) de un plesiosaurio. Modificado de [5], dibujado por Dr. L.F. Noè.

Durante mucho tiempo, el cuello largo del plesiosaurio se consideró muy útil para la respiración por fuera del agua, como si se tratara de un snorkel. Así pues, el plesiosaurio mantendría su cuerpo sumergido mientras obtenía oxígeno de la atmosfera. No obstante, esta hipótesis ha sido descartada, debido a las diferencias de presión que habría entre el aire en los pulmones y la atmósfera, imposibilitando la respiración del animal. Además, nadar cerca de la superficie implicaría un gran gasto energético al ser un movimiento en contra de las olas [5]. Sin embargo, el cuello largo parece no ser muy práctico para la caza, pero el cuerpo proporciona una plataforma de caza desde la cual el cuello puede alcanzar la comida debajo del cuerpo, posiblemente incluso alimentándose de organismos en el lecho marino [9]. 

Correspondiente con el largo cuello, la tráquea sería muy extensa, resultando en una mayor acumulación de aire que no participa en el intercambio gaseoso. Esto tendría efectos en el tamaño de los pulmones, que se harían más grandes, o la inhalación-exhalación debería ser más profunda y frecuente, para evitar los problemas asociados a un gran espacio muerto [5]. La tráquea también habría sido angosta, lo que relentizaría la frecuencia respiratoria, generando una contradicción entre la cantidad de oxígeno requerida por el animal y la necesidad de reducir el tiempo dedicado a respirar en la superficie [11]. 

Plesiosaurios como depredadores 

Los plesiosaurios fueron depredadores muy exitosos en los océanos del Mesozoico, lo que ha llevado a diferentes suposiciones relacionadas con su posible comportamiento alimenticio. Sus dientes eran alargarlos, cónicos, curvados y puntiagudos, y las mandíbulas podrían haber funcionado a modo de cuchara [9]. En general, hay evidencia de que los plesiosaurios cazaban peces y cefalópodos de cuerpo blando (similares a la sepia de hoy) [12], encontrándose restos de los mismos en los estómagos de fósiles. Su dieta habría consistido principalmente de animales bentónicos (es decir del fondo del mar), especialmente crustáceos y otros tipos de presas invertebradas [13, 14].

En efecto, los dientes sobresalían periféricamente y entrecruzándose entre sí [15], permitiendo atrapar a la presa detrás de los dientes, como se observa, por ejemplo, en la foca cangrejera (Lobodon carcinophagus). Por eso, se ha determinado que algunos plesiosaurios se alimentaban por tamizado, siendo capaces de procesar grandes volúmenes de agua y de sustratos [16]. De hecho, sus dientes eran largos y puntiagudos, y por lo tanto relativamente débiles, pero espaciados para permitir que el agua y el sustrato fueran expulsados, mientras que las presas eran atrapadas. Por ejemplo, en un fósil del plesiosaurio Morturneria se encontró que había probablemente una válvula capaz de sellar la narina interna, lo que permitiría que algunos plesiosaurios pudieran ingerir el sustrato sin que el agua o los sedimentos entraran a las fosas nasales [16]. 

La morfología y la extensión del cuello de los plesiosaurios está dada por la relación entre la longitud y el grosor del mismo, siendo mucho más largo que ancho [4]. Esto permite una estimación del tamaño promedio que podría tener una presa para ser engullida sin que se presentara asfixia. Basado en esto, puede decirse que los plesiosaurios se alimentarían de organismos relativamente pequeños, lo cual ocurriría muy frecuentemente para poder suplir sus necesidades energéticas. Esto contrasta con sus parientes cercanos, los pliosaurios cabezones, que podrían haberse alimentado de animales como cefalópodos, belemnites, amonitas y otros organismos de mayor tamaño, como peces grandes y reptiles [14]. 

El cuello de los plesiosaurios probablemente condicionaba su forma de nado, por lo que el organismo pudo haber desarrollado estrategias de caza acordes con su morfología. Se proponen algunos modelos con lo que se intenta explicar el éxito de los plesiosaurios como depredadores activos. Los primeros estudios realizados sobre la movilidad del cuello aparentemente han mostrado que estos presentaban un gran rango de movimiento lateral, lo que les daría un mayor campo de acción o reacción al movimiento de sus presas. Más recientemente, se determinó que el rango de movimiento del cuello estaba restringido más a la dirección ventral que a hacia la dorsal o lateral, es decir, los plesiosaurios podían mover su cuello más fácilmente hacia abajo que hacia arriba o por los lados [5, 17]. 

En algunos fósiles de elasmosaurios (un tipo de plesiosaurio con cuello extremadamente largo) se han encontrado muchos gastrolitos. Gastrolitos (o piedras estomacales) son rocas redondeadas contenidas dentro de la vía digestiva de un animal, que contribuyen a la trituración de los alimentos. Aunque inicialmente se creía que estaban relacionados únicamente con la flotabilidad del animal (como en los cocodrilos modernos), estudios recientes encontraron que la relación entre el peso total de los gastrolitos y la masa corporal del animal no influye significativamente en la flotabilidad de los plesiosaurios [18].

Se ha propuesto, por lo tanto, que los gastrolitos ayudaban en la digestión, actuando como pseudo-dientes en un estómago musculoso. Además, los dientes de los vertebrados marinos generalmente están adaptados para atrapar, pero no masticar, a sus presas, por lo que puede determinarse que los plesiosaurios usaban los gastrolitos para suplir esta función. Adicionalmente, los gastrolitos podrían ser una fuente de minerales, y la descomposición de los mismos dentro del cuerpo liberaría nutrientes esenciales que los animales no podían adquirir a través de la dieta [19]. 

A pesar de que la flotabilidad no habría sido la función principal, los gastrolitos habrían contribuido, al igual lo hacen en los cocodrilos modernos, ayudando al animal a permanecer parcialmente sumergido [20]. Adicionalmente, en los plesiosaurios los gastrolitos podrían haber conferido la capacidad de maniobra con mayor precisión cuando se movían lentamente por el medio acuático [20]. 

En resumen, podemos inferir que los plesiosaurios fueron cazadores exitosos dentro su medio ambiente, y que algunos se alimentaban en la región bentónica del lecho marino y usaban gastrolitos para ayuda con la digestión de sus presas, y controlar su flotabilidad y aumentar la capacidad de maniobra. 

Kimmeridgia Antiquior (Una Kimmeridge Más Antigua) que representa la vida en los mares del Jurásico Tardío del sur de Inglaterra. Anota los plesiosaurios de cuello largo como depredadores y presas. Publicado por primera vez en [21]. Ilustración por Robert Nicholl, copyright © 2016 Universidad de los Andes, Museum of Jurassic Marine Life, Leslie Noè y Robert Nicholls, todos los derechos reservados.

Nacimiento, crecimiento y enfermedades 

La evidencia fósil ha mostrado que los plesiosaurios eran organismos vivíparos, o animales cuyo embriones se desarrollan dentro el vientre de la hembra, en lugar de nacer de un huevo. Los plesiosaurios presentaban un estrategia K de reproducción, produciendo un bajo número de crías con una alta inversión parental en cada bebé. Esto es relativamente extraño en los reptiles, que tienden a presentar con selección-R, con un alto número de crías y sin cuidado de los padres. La estrategia K también se ha encontrado en otros reptiles marinos, como los ictiosaurios (reptiles marinos mesozoicos en la forma de un pez) que gestan hasta ocho crías al tiempo [22]. 

En ictiosaurios, las crías nacían con la cola primero, como en delfines y ballenas día de hoy, reduciendo así la posibilidad que la cría se ahogue durante el parto. Este también podría haber sido el caso de los plesiosaurios, aunque en este caso producían un numero menor de crías de tamaño mayor. 

La viviparidad de los plesiosaurios, junto con otras adaptaciones a la vida marina, como las grandes extremidades hidrodinámicas y su largo cuello, permiten determinar que estos organismos no necesitaban desplazarse a tierra para construir nidos y poner huevos en ellos. Un huevo necesita ser puesto en tierra para el desarrollo del embrión, ya que el intercambio gaseoso asociado a la respiración del mismo es imposible en el agua [24]. 

A diferencia de los humanos, y la mayoría de los mamíferos que tienen solo siete vértebras cervicales, los plesiosaurios se desarrollaron agregando nuevas vértebras con algunas especies presentando hasta 70 vértebras, haciendo la zona cervical mucho más larga que el cuerpo [25]. Los plesiosaurios se caracterizaban por tener tres etapas asociadas al desarrollo osteológico de sus vértebras: i) la etapa juvenil, que se distinguía porque los arcos neurales de las vértebras no están fusionados al centrum (equivalente a nuestros años de preadolescencia); ii) la etapa adulta, identificable porque los arcos neurales de las vértebras se han fusionado pero la unión es visible (equivalente a nuestros años reproductivos); y iii) la etapa senil, en la cual hay evidencias de osificación avanzada y de la fusión de los arcos neurales y el centrum sin línea de conexión visible (equivalente a nuestra vejez), a menudo con evidencia de enfermedades óseas degenerativas [26]. 

Los plesiosaurios muestran evidencia de tasas de crecimiento óseo muy rápidas. El rápido crecimiento pre-reproductivo a menudo se asocia tanto con el cuidado parental de los jóvenes como con los altos niveles metabólicos de los organismos. Esto implica un elevado gasto energético y, por lo tanto, requiere de la adquisición continua y activa de presas, y un metabolismo endotérmico. La endotermia se asocia normalmente con los mamíferos, más que con los reptiles, y es la capacidad de un organismo de mantener su temperatura corporal independientemente del medio ambiente en el cual se encuentren. Esto es importante, ya que el agua tiene una alta capacidad calorífica, por lo que disipa rápidamente el calor de un cuerpo (esta es la razón por la que una piscina se siente fría). El desarrollo de la viviparidad, como modo de reproducción, se asocia actualmente a reptiles que viven en ambientes estacionalmente fríos, como las serpientes [27]. Muchas adaptaciones fisiológicas de los plesiosaurios parecen indicar un regreso al agua de reptiles terrestres. 

La patología (o paleopatología, el estudio científico de enfermedades antiguas) de los plesiosaurios es considerada como una gran fuente para entender el comportamiento y la forma de vida. Hay estudios que reportan que los plesiosaurios sufrieron del síndrome de descompresión (o Enfermedad de Caisson), en el que los cambios bruscos de presión hace que se formen burbujas de nitrógeno en la sangre. Estas burbujas de nitrógeno pueden formarse o migrar a muchos tejidos, pero se pueden observar en el registro fósil como necrosis avascular; es decir, la muerte del hueso, por la pérdida del suministro de sangre, con su consecuente fractura y colapso. Los extremos de los huesos largos son especialmente susceptibles, y el hecho de que algunos plesiosaurios padecieran de Enfermedad de Caisson indica que cambiaban de forma abrupta la profundidad en la que buceaban, ya sea por la búsqueda de presas o por huir de depredadores [28]. Sin embargo, estudios morfológicos indican que esta enfermedad es rara en el registro fósil e indicando que la mayoría de plesiosaurios habría vivido en hábitats costeros de aguas poco profundas [28]. 

¿Dónde se encuentran los plesiosaurios más importantes en Colombia? 

Una gran parte de los reptiles marinos hallados en Colombia se han encontrado en la región de Ricaurte Alto, alrededor de Sáchica, Sutamarchán y Villa de Leyva, en Boyacá. A partir de reconstrucciones paleogeográficas, se ha establecido que el área alrededor de Villa de Leyva era un mar somero, de hasta 130 metros de profundidad, en el Cretácico. Durante millones de años esta área fue hábitat de reptiles marinos, incluyendo plesiosaurios, ictiosaurios, tortugas y muchos otros organismos marinos. 

Callawayasaurus colombiensis, el esqueleto más completo de un plesiosaurio descubierto hasta ahora en Colombia. Se trata de un animal de aproximadamente 8 m de largo descubierto en la región Ricaurte Alto de Boyacá. Imagen con permiso y copyright © 2021 del Museo Geológico Nacional José Royo y Gómez, Servicio Geológico Colombiano, todos los derechos reservados.

El Callawayasaurus colombiensis (originalmente nombrado Alzadasaurus colombiensis) es el plesiosaurio más importante encontrado en Colombia. Pertenece a la familia Elasmosauridae, cuyas especies se pueden diferenciar mediante la morfología de su cráneo, basándose en la distribución de los huesos, el tamaño de los dientes, sus posiciones en las mandíbulas, y por el tamaño del cuello [29].

Callawayasaurus tiene un cráneo de 35 cm de largo y un cuerpo de 8 m de longitud, y hay un espécimen en exhibición en el Museo Geológico Nacional José Royo y Gómez, del Servicio Geológico Colombiano, en Bogotá. El cráneo de este fósil se prestó a científicos de la Universidad de Berkeley en dos ocasiones para realizar varios estudios. Sin embargo, no fue devuelto, por ello, se dejó en exhibición una réplica hecha en resina. En 2018 el cráneo fue solicitado por la paleontóloga Marcela Gómez, quien, junto con el profesor Leslie Noè en Uniandes, hicieron las investigaciones y procesos necesarios para su repatriación. Ahora el cráneo se puede visitar en la  vitrina contigua al esqueleto. 

El cráneo de Callawayasaurus colombiensis regresó del Museo de Paleontología de la Universidad de California (Berkeley, EE. UU.) luego de un préstamo de más de 60 años. El cráneo se exhibe ahora en el Museo Geológico Nacional José Royo y Gómez. Imagen con permiso y copyright © 2021 del Museo Geológico Nacional José Royo y Gómez, Servicio Geológico Colombiano, todos los derechos reservados.

Puede que el monstruo del Lago Ness sea solo una leyenda; sin embargo, durante el Mesozoico, los mares, incluidos los situados en Colombia, estaban habitados por diversas especies de plesiosaurios cuya morfología se ha utilizado como base para la criatura legendaria. Se espera que futuros estudios morfológicos y filogenéticos nos permitan entender más sobre la vida y desarrollo de estos enigmáticos reptiles, además de los procesos geológicos y ambientales que llevaron a su crecimiento poblacional y posterior extinción a nivel regional (para el caso de los especímenes colombianos), y mundial hace 65 millones de años. 

Los plesiosaurios son un grupo de reptiles marinos difícil de estudiar, puesto que no existen organismos vivos con los que se puedan comparar ni en morfología, comportamiento o hábitat. Sin embargo el estudio de fósiles en Colombia, y en otros países, permite entender su locomoción, hábitos predatorios, dieta, respiración y reproducción. Estos fascinantes, y ahora extintos reptiles, con sus dos pares de aletas que permiten un rápido nado, y sus enigmáticos cuellos largos habitaban los mares someros alrededor de Villa de Leyva, muy lejos de las gélidas aguas de un lejano Loch escocés. 

[1] Sabadell M, El monstruo del lago Ness Muy Interesante, 2019. 

[2] Monstruo del lago Ness: el estudio que asegura haber dado con una explicación para el legendario misterio BBC News Mundo, 2019. 

[3] Morrone JJ and Fortino AD, La Zoología de los Animales Fantásticos: Apuntes para un Bestiario Criptozoológico Revista de la Museo de Univerisidad la Plata 1996; 8: 75-80. 

[4]  Benton MJ, The great Sea Dragons. In:  Benton MJ  Vertebrate Palaeontology, 3rd ed. Blackwell Publishing Ltd 2005. 

[5] Noè LF, Taylor MA, and Gómez-Pérez M. An integrated approach to understanding the role of the long neck in plesiosaurs.  Acta Palaentologica Polonica 2017; 62(1):. 137–162. 

[6] Tutin SL and Butler RJ. Europe PMC Funders Group The completeness of the fossil record of plesiosaurs, marine reptiles from the Mesozoic.  Acta Palaentologica Pol 2017;  62(3): 563–573. 

[7] Motani R. The Evolution of Marine Reptiles.  Evolution and Education Outreach 2009;  2: 224–235. 

[8] Carpenter K, Sanders F,  Reed B, and  Reed J. Plesiosaur Swimming as Interpreted from Skeletal Analysis and Experimental Results. Transactions of the Kansas Academy of Sciences 2010; 113 (1/2): 1–34. 

[9] Halstead LB. Plesiosaur locomotion. Journal of the Geological Society, London 1989; 146: 37–40. 

[10] Storrs G. Function and phylogeny in Sauropterygian (Diapsida) evolution. American Journal of Science 1993;. 293(A): 63–90. 

[11] Buchy M-G, Frey E, and  Salisbury SW. The internal cranial anatomy of the Plesiosauria (Reptilia , Sauropterygia): evidence for a functional secondary palate. Lethaia 2006; . 39(1981): 289–303. 

[12] McHeny CR, Cook AG, and Wroe S, Bottom-Feeding Plesiosaurs.  Science 2005;  310:  75. 

[13] Massare JA, Swimming capabilities of Mesozoic marine reptiles: Implications for method of predation. Paleobiology 1988; 2(2): 187–205. 

[14] Massare JA. Tooth morphology and prey preference of mesozoic marine reptiles Journal of Vertebrate Paleontology 1987; 7(2): 121–137. 

[15] Cabrera Á. Un plesiosaurio nuevo del Cretáceo del Chubut. Revista del Musueo de la Plata 1942; 8: 113–130. 

[16] F.R. O’Keefe et al., Cranial anatomy of Morturneria seymourensis from Antarctica , and the evolution of filter feeding in plesiosaurs of the Austral Late Cretaceous Journal of Vertebrate Paleontology, vol. 4634, no. 37, p. 4, 2017. 

[17] Nagesan RS, Henderson DM, Anderson JS. A method for deducing neck mobility in plesiosaurs, using the exceptionally preserved Nichollssaura borealis. Royal Society Open Science 2018; 5: 172307. 

[18] Cerda IA, Salgado L. Gastrolitos en un plesiosaurio (Sauropterygia) de la Formación Allen (Campaniano-Maastrichtiano), provincia de Río Negro, Patagonia, Argentina. Resvista la Asociacion Paleontológica Argentina 2008; 45(3): 529–536. 

[19] O’Keefe FR and Carrano MT. Correlated trends in the evolution of the plesiosaur locomotor system Paleobiology 2005; 31(4): 656–675. 

[20] Rothschild B. Decompression syndrome in plesiosaurs (Sauropterygia: Reptilia). Journal of Vertebrate Paleontology 2003; 23(2): 324–328. 

[21] Noè LF,  Gómez-Pérez M, Nicholls R.  Mary Anning, Alfred Nicholson Leeds and Steve Etches. Comparing the three most important UK ‘amateur’ fossil collectors and their collections. Proceedings of the Geologists' Association 2019; 130(3-4): 366-389 

[22] Motani R, Jiang DY, Tintori A, Rieppel O, Chen GB. Terrestrial origin of viviparity in Mesozoic marine reptiles indicated by early triassic embryonic fossils. PLoS One 2014,  9(2): e88640 

[23] O’Keefe FR, Chiappe LM. Viviparity and K-Selected Life History in a Mesozoic Marine Plesiosaur (Reptilia, Sauropterygia) Viviparity and K-Selected Life History in a Mesozoic Marine Plesiosaur (Reptilia, Sauropterygia). Science 2011; 333:  870–873. 

[24] Liu J, Organ CL, Benton MJ, Brandley MC, Aitchison JC. Live birth in an archosauromorph reptile. Nature Communications 2017; 8: 1–8. 

[25] Wintrich T, Hayashi S, Houssaye A, Nakajima Y, Sander PM. A Triassic plesiosaurian skeleton and bone histology inform on evolution of a unique body plan. Science Advances 2017; 3(12): 1–11. 

[26] Garat LM. Análisis comparativo de la microestructura ósea y paleohistología en diferentes secciones de la columna vertebral de un plesiosaurio (elasmosáurido) del Cretácico Superior de Antártida. Univesidad Nacional de Río Negro 2019. 

[27] Fleischle CV, Wintrich T,  Sander PM. Quantitative histological models suggest endothermy in plesiosaurs. PeerJ 2018; 6: e4955. 

[28] Rothschild B, Clark N, Clark C. Evidence for survival in a Middle Jurassic plesiosaur with a humeral pathology: What can we infer of plesiosaur behaviour?. Palaeontologia Electronica 2018; 21(16): 1-11. 

[29] Carpenter K. Revision of North American Elasmosaurs from the Cretaceous of the Western Interior. Paludicola 1999; 2(2): 148–171. 

 

 * Departamento de Geociencias, Universidad de los Andes 

 

Guayabetal

‘Guayabetal, la zona más susceptible a deslizamientos en la vía al Llano’: estudio

Investigadores de la Universidad de Los Andes utilizaron herramientas de  ‘Machine Learning’ para estudiar la vulnerabilidad de esta carretera. El método que emplearon es aplicable a otros tipos de desastres naturales, en cualquier parte del mundo. 

 10 años del bosón de Higgs, la 'partícula de Dios'

 

Esta semana se cumple la primera década de uno los descubrimientos más importantes de la historia reciente de la física. Se trata del hallazgo, por parte de científicos de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN, por sus siglas en francés) del bosón de Higgs, conocido popularmente como ‘la partícula de Dios’.

Esta partícula fundamental, bautizada en honor al científico británico Peter Higgs (quien propuso su existencia en la década de los sesenta), fue descubierta gracias a los experimentos Aparato Toroidal (Atlas) y Solenoide Compacto de Muones (CMS, en inglés), en 2012, y su aporte a la física ha sido tal que le valió el Nobel de física a sus proponentes.

Bernardo Gómez, profesor del Departamento de Física de la Universidad de los Andes, explica el bosón de Higgs de la siguiente manera: “Imaginemos todas las partículas elementales constituyentes de la materia, los quarks y los leptones; ninguna de ellas tiene masa. Pero existe el campo de Higgs, que permea todo el universo y da masa a las partículas. Estando en el campo de Higgs, las partículas reciben energía de él, y a esta energía la llamamos ‘masa’. Esto lo sabemos porque el campo de Higgs se excita, y su excitación se manifiesta como una partícula con masa, el bosón de Higgs. Su masa proviene del mismo campo. Observar el Bosón de Higgs, detectarlo midiendo su masa, demuestra que el campo de Higgs existe”. 

De acuerdo con Gómez, este fue el éxito de los experimentos CMS y Atlas del CERN, “logro construido sobre el desarrollo científico de más de 20 años de esfuerzos en los laboratorios con los aceleradores de partículas de más altas energías”.

“Así, en memorable presentación mundial, CMS y Atlas impactaron al mundo de la ciencia el 4 de julio de 2012, cuando presentaron, cada experimento por aparte, sus datos, eventos de producción del bosón de Higgs, con estadística suficiente como prueba contundente de la observación de la partícula buscada. Ambos experimentos detectaron el bosón de Higgs con una masa muy cercana a 125 GeV (125 billones de electrón voltios), esto es 133 veces más pesado que el protón”, explica el físico.

Por su parte, Carlos Ávila, profesor del mismo departamento en la Universidad de los Andes, y actualmente adelantando estudios en el CERN, considera que el principal impacto del descubrimiento del bosón de Higgs está en la verificación del modelo estándar de partículas, un modelo matemático, basado en teoría cuántica de campos, para explicar cómo funcionan tres de las cuatro interacciones fundamentales de la naturaleza (interacción electromagnética, interacción débil e interacción nuclear). 

“Es impresionante ver que una predicción teórica hecha en 1964, basada en la interacción de partículas con un campo hipotético (el campo de Higgs) es verificada experimentalmente 48 años después, con suficiente significancia estadística que no deja lugar a dudas de su existencia.  El cuanto mínimo de dicho campo es lo que se descubrió: el bosón de Higgs. Es la interacción con el campo de Higgs la que le da masa a las partículas elementales y no hay ya que buscar otro mecanismo.  Una determinada partícula tiene mayor masa que otras porque tiene una mayor interacción con el campo de Higgs”, asegura Ávila. 

Para el científico, el segundo impacto del descubrimiento del Higgs tiene que ver con el éxito que representan las grandes colaboraciones científicas, como es el caso del experimento CMS, compuesto por ingenieros, estudiantes y profesores de más de 150 países (entre ellos Colombia) que, “usando el límite de la tecnología (como la aceleración de protones a las energías más altas y la capacidad de procesamiento computacional) pueden lograr hacer observaciones experimentales tan complejas, que de otra forma no fuesen posible”. 

Luisa Fernanda Chaparro, egresada de la Universidad de los Andes, y actualmente profesora de física y ciencia de datos en el Tecnológico de Monterrey, tuvo la oportunidad de desarrollar la investigación de su Doctorado en el CERN, donde trabajó en la búsqueda del Higgs, en el canal de decaimiento de dos muones con colisiones a 13TeV, en el CMS. 

Chaparro explica que su trabajo consistió en recuperar eventos que pudiesen contener fotones de radiación final, y que no habían sido considerados inicialmente en la reconstrucción del Higgs.

“Al final del análisis, logramos incrementar la señal entre un 3 y un 4%, dependiendo del canal de producción. Y, en 2020, el CMS presentó la evidencia del Higgs en este canal”, comenta Chaparro, quien hace investigación de ciencia de datos para aplicaciones tanto en física, como en matemáticas aplicadas, por ejemplo, a patrones de criminalidad, movilidad o deserción estudiantil.

La experta no duda en señalar que el descubrimiento del Higgs no solo ha permitido completar el rompecabezas del modelo estándar, que explica cómo las demás partículas adquieren masa y cómo esta depende de la interacción con el campo de Higgs, sino que además ha permitido avanzar cada vez más en la comprensión del mundo tal como lo conocemos.

“Es importante adelantar estudios en física de partículas, no solo para entender cómo se creó el universo y qué ha sucedido desde ese momento hasta el presente. También es importante para la generación y aplicación de las tecnologías paralelas que surgen como una necesidad en el procesamiento de las grandes cantidades de volumen de datos e información que se obtienen. Un ejemplo de ello es la rápida evolución de los sistemas computacionales, los algoritmos de aprendizaje de máquina, el desarrollo de nuevos detectores o, incluso, el uso de terapia de hadrones para el tratamiento de cáncer, por mencionar algunas”, concluye Chaparro.

¿Cuáles deben ser las prioridades en ciencia del próximo presidente de Colombia?

El próximo 19 de junio Colombia escogerá a su próximo presidente. En la segunda vuelta de la contienda electoral se enfrentan Gustavo Petro, del Pacto Histórico, y Rodolfo Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción.

El nuevo mandatario asumirá un sinnúmero de retos, y la ciencia deberá ocupar un lugar preponderante entre ellos. Es por eso que, desde la revista Hipótesis, quisimos consultar al decano de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes, y a miembros de los diferentes departamentos que la integran, para que expongan las que, según ellos, deben ser las prioridades científicas del próximo presidente de Colombia.

Los científicos respondieron preguntas relacionadas con temas álgidos de la actualidad nacional, como la transición energética, el fracking y la posibilidad de fusionar ministerios. Esto fue lo que respondieron:

Daniel Cadena, biólogo, decano de la Facultad de Ciencias.

¿Cuáles considera que deben ser las prioridades del próximo presidente, en materia de ciencia y conservación?

Es fundamental que quien llegue a la presidencia comprenda que un país como Colombia no puede tener desarrollo tecnológico e innovación propios si carece de investigación fundamental, si la ciencia básica está desatendida. Desde la Misión de Sabios de la década de 1990 se ha sugerido que el país debería invertir, por lo menos, el 1% de su Producto Interno Bruto en financiación de la ciencia, pero no ha habido pasos decisivos en esa dirección. Es momento de acatar esa recomendación. El próximo Gobierno debe comprometerse con tomar acción por promover y financiar decididamente la investigación científica, incluyendo el fomento a iniciativas con miras a formar más y mejores investigadores, y a ofrecerles oportunidades que permitan su desarrollo profesional en el país. El Estado debe también brindar espacios y recursos para una interacción creciente entre academia e industria que permita la aplicación de la ciencia a problemas concretos de importancia fundamental para el país en áreas como la bioeconomía, la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental.

En cuanto a conservación de la biodiversidad, debe haber un compromiso serio con la protección de los ecosistemas naturales de Colombia. El próximo Gobierno debe frenar la deforestación en el país, lo cual involucra la llegada efectiva del Estado a regiones olvidadas, no solo con medidas de control y vigilancia sino también con oportunidades de desarrollo para las comunidades rurales. Cumplir metas ---en el papel- sobre incrementos en cobertura de áreas protegidas puede sonar muy bien en foros internacionales, pero no tendrá un efecto real y perdurable para la conservación de nuestro patrimonio natural en ausencia de una estrategia concreta contra la deforestación, que incluya una gobernanza efectiva del territorio. En esa dirección, los dos candidatos presidenciales se han comprometido a implementar plenamente los acuerdos de paz, lo que me da algo de esperanza en cuanto a que el Estado podría avanzar hacia atender algunos de los asuntos estructurales que han impedido la conservación efectiva de nuestra biodiversidad y sistemas socioecológicos.

La transición energética ha sido uno de los puntos de mayor controversia entre los candidatos. ¿Cuál debería ser la postura del nuevo Gobierno frente a este tema?

Está claro que una economía basada en la explotación de petróleo, carbón y gas es insostenible por sus efectos nocivos en el ambiente. Por lo tanto, la humanidad debe transitar hacia el uso creciente de energías limpias y cumplir con los acuerdos internacionales sobre reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, mitigando los efectos del cambio climático. Colombia, por supuesto, no puede ser ajena a ese imperativo internacional, pero hay varias razones de índole económica que hacen que la transición energética del país deba hacerse gradualmente, considerando que las rentas por venta de hidrocarburos son una fuente principal de ingresos para el Gobierno. Esto no quiere decir que Colombia no pueda comenzar a dar pasos hacia a un modelo de desarrollo más sostenible, en el que las finanzas dependan cada vez menos de la explotación de hidrocarburos. De hecho, debe hacerlo. Sin embargo, es importante señalar, como lo han hecho varios economistas, que suspender la explotación local de combustibles fósiles no será viable en la medida en que la demanda por estos persista en el país. En el camino hacia la transición energética, el próximo Gobierno deberá trazar políticas eficaces que reduzcan el consumo de combustibles, cuyo uso contribuye al cambio climático.

De otro lado, entendiendo que buena parte de la motivación para promover la transición energética obedece al imperativo de frenar el cambio climático, es fundamental que el próximo presidente comprenda que las soluciones frente este desafío global no son universales para todos los países. Se requiere una perspectiva local. Es evidente que la principal contribución que podría hacer un país como el nuestro, que emite relativamente poco y tiene aún considerables extensiones de bosques, es detener la deforestación en su territorio. Los bosques son sumideros naturales de carbono que, cuando son tumbados y quemados, se convierten en importantes emisores de gases de efecto invernadero. Este efecto se ve exacerbado cuando áreas antes cubiertas por bosques son dedicadas a prácticas que contribuyen a las emisiones, como la ganadería. De nuevo, la deforestación tiene que parar.

El candidato Rodolfo Hernández ha propuesto la fusión de los ministerios de Cultura y Medioambiente, y de Ciencia y TIC. ¿Qué opina?

Estas no son propuestas adecuadamente sustentadas desde una perspectiva técnica. Frente a la crisis de la conservación y la sostenibilidad y ante la necesidad de resolver desafíos de interés para el país con una perspectiva científica, Colombia necesita fortalecer su Sistema Nacional Ambiental y su infraestructura de ciencia, tecnología e innovación, no debilitarlos. Según entiendo, las propuestas para fusionar los ministerios están basadas en una premisa financiera que obedece a la necesidad de reducir el gasto público. Incluso con una mirada estrictamente pragmática basada en el ahorro de recursos del Estado (e ignorando por un momento que los ahorros propuestos difícilmente contribuirían a reducir el déficit fiscal), me cuesta imaginar que las propuestas de fusionar ministerios tendrían una tasa de retorno financiero de mediano plazo que las justifique. ¿Cuál sería el costo para el país de ser incapaz de proteger su patrimonio natural o de retrasar su desarrollo científico?

El argumento de Hernández de que el medioambiente es cultura y que esto justifica fusionar las carteras no resiste ningún análisis serio. Un Gobierno anterior ya desatendió la importancia de los asuntos asociados con el medioambiente, fusionando esa cartera con la de Vivienda y Desarrollo Territorial, con consecuencias negativas evidentes. De otro lado, imaginar que las ciencias pueden manejarse junto con las tecnologías de información y comunicaciones deja entrever un desconocimiento del quehacer científico y su importancia.

¿Cómo ve las propuestas de los candidatos presidenciales en relación con la ciencia en Colombia?

En el programa de gobierno de Rodolfo Hernández es llamativo que exista un apartado explícito sobre ciencia, pero este se enfoca en emprendimiento y transferencia de tecnología, y poco se refiere a la investigación. No hay nada explícito sobre la generación de nuevo conocimiento. Además, brilla por su ausencia cualquier interés en explorar científicamente el potencial de saberes asociados a la biodiversidad para generar bienestar. La propuesta de ciencia y tecnología del candidato es genérica y no se orienta a promover cambios en el status quo sino, más bien, pareciera que buscara mantener un aparato productivo que no responde a las particularidades de un país como Colombia, con su diversidad biológica y cultural. Curiosamente, Hernández propone generar alianzas con el sector empresarial para invertir en investigación científica en las universidades, pero, por otro lado, indica que promoverá leyes para que las universidades, donde se hace el grueso de la investigación en el país, no puedan hacer contratos de consultoría con la industria privada. Esto no solo no se justifica, sino que, en el mismo párrafo, indica que se “promoverá el emprendimiento a través de la triada Universidad-Estado-Empresa”. Pareciera que hay asuntos que no han sido pensados con profundidad.

Por su parte, el programa de Gustavo Petro propone varias acciones que requieren desarrollar la ciencia y la tecnología, pero no elabora sobre iniciativas concretas para el fomento de estos sectores. Por ejemplo, sus propuestas de asegurar la seguridad alimentaria, transitar hacia el uso de energías limpias y detener la deforestación requieren una sólida base científica y técnica, pero su programa no es explícito en cuanto a cómo promoverá el incremento en la capacidad científica nacional en términos de infraestructura y capital humano. Su programa incluye compromisos explícitos como el de fortalecer la investigación en ciencias ambientales o el desarrollo de tecnologías para la transición hacia energías limpias, pero carece del cómo. Quizás, como consecuencia de algunas críticas recibidas, un grupo de académicos que ha trabajado con el Pacto Histórico se ha pronunciado señalando que el eventual gobierno de Petro arrebataría recursos a la guerra para invertir el 1.5% del PIB en investigación científica, adoptaría recomendaciones de la Misión de Sabios con miras a que la economía productiva se base en una ciencia intensiva en conocimiento, fortalecería al Ministerio de Ciencia y financiaría los Institutos Nacionales públicos de investigación, entre otras acciones. Sería importante que el candidato se comprometiera, de forma clara, con esas acciones positivas, incluyéndolas en su programa oficial.

Me permitiría sugerir que, en programas de gobierno que no llegaron a la segunda vuelta electoral, quien resulte elegido para presidente podría encontrar propuestas de valor para construir una política efectiva de ciencia, tecnología e innovación.

Como biólogo, ¿cuáles considera que son las tareas pendientes que tiene por cumplir el Estado en este campo?

Colombia es un país absolutamente único del mundo por su enorme diversidad biológica. A nuestro Estado le hace falta comprender y apropiarse de su responsabilidad por proteger ese patrimonio natural irremplazable. Como biólogo, pienso que los colombianos tenemos el imperativo ético de proteger nuestra diversidad biológica en todas sus formas, y para eso debemos estudiarla y conocerla más y mejor, así como usar la educación como herramienta de cambio cultural en cuanto a cómo percibimos y valoramos nuestra diversidad biótica. Desde un punto de vista más pragmático, todos los colombianos debemos también reconocer que la conservación de especies, ecosistemas y servicios ecosistémicos es fundamental para nuestro bienestar. Además, muchas de las principales oportunidades de desarrollo del país, en las cuales podemos tener ventajas competitivas, como el turismo de naturaleza, la explotación y comercialización de productos de los bosques, que residen en nuestra biodiversidad. Hemos persistido por años con un sistema de desarrollo económico que ha devastado nuestros ecosistemas naturales y minado el bienestar de nuestras comunidades; ahora es el momento de transitar hacia un modelo más sostenible, en el que la conservación biológica esté en el centro.

Juan Armando Sánchez, director del Laboratorio de Biología Molecular Marina (Biommar) y miembro de la Misión Internacional de Sabios 2019.

¿Cuáles considera que deben ser las prioridades del próximo presidente, en materia de ciencia y conservación?

La primera prioridad debe ser dar continuidad a las cosas buenas que hizo este Gobierno. Después de décadas de pedirlo, por fin se hizo un Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y no deberíamos sucumbir al síndrome de Adán, que significa volver a hacer todo desde el principio. Este Ministerio ha tratado de darle continuidad a las propuestas de la Misión de Sabios 2019, en especial la misión de Bioeconomía, y ha tenido bastantes avances. Es necesario hacer un buen empalme y darles cabida más del 90 por ciento de las propuestas que no se han cumplido.

En conservación, la deforestación es un problema prioritario, especialmente la deforestación ilegal, que termina en grandes cultivos de palma y ganadería. Hay que buscar estrategias de ganadería silvopastoril u otras estrategias en las que los bosques se puedan articular con las necesidades de las regiones.

La transición energética ha sido uno de los puntos de mayor controversia entre los candidatos. ¿Cuál debería ser la postura del nuevo Gobierno frente a este tema?

Colombia tiene un aporte mínimo a las emisiones de gas y metano, y no es un tema tan urgente, como sí lo es en otros países. Sin embargo, yo daría continuidad a todo lo que llaman el hidrógeno verde y el petróleo verde. Es decir, que las empresas sean carbono neutrales. Esto es una doble apuesta en conservación, porque se necesitan unos bosque fuertes y resilientes, así como ecosistemas marinos y costeros en buenas condiciones. Pese a que hay algunas medidas tímidas para medir la captura de carbono de nuestros ecosistemas, ese sería un empalme interesante de transición energética. Por otro lado, me parece que los biocombustibles no hay que echarlos en saco roto, porque no tenemos los minerales en el mundo para cambiar el parque automotor a carros eléctricos. Colombia tiene exceso de azúcar que, en lugar de destinar a los alimentos, podríamos utilizar en la producción de bioetanol.

El candidato Rodolfo Hernández ha propuesto la fusión de los ministerios de Cultura y Medioambiente, y de Ciencia y TIC. ¿Qué opina?

Me parece un despropósito, en los dos casos. La austeridad en el Gobierno se puede dar de muchas maneras, pero no dejando de fortalecer las áreas del ejecutivo que han estado desatendidas. En el caso del Minambiente, hay mucho por hacer, como fortalecer el Sistema Nacional Ambiental, o las CAR. Pero la fusión le generaría un daño a lo que se ha avanzado. Lo mismo aplica para temas como la ciencia y la cultura.

¿Sí o no al fracking?

Este es un tema muy interesante. En el esquema de datos abiertos, las organizaciones a cargo deberían liberar la información sobre la sísmica que se hace para la exploración de petróleo y, de esa manera, generar un mapa de los acuíferos, de tal manera que quienes vayan a emplear esta práctica puedan demostrar que no van a afectar estos ecosistemas. Curiosamente, esa opción nunca la aceptaron, y prefieren dejar los datos cerrados y darse una pelea a nivel de lobby para hacer el fracking, que hacerlo bien hecho. Los datos abiertos de la exploración de petróleo deben demostrar que no hay riesgo para los acuíferos. También, si hay una necesidad de hidrocarburos, de pronto hay yacimientos off shore que se podrían mirar.

Como biólogo, ¿cuáles considera que son las tareas pendientes que tiene por cumplir el Estado en este campo?

La bioeconomía es importantísima, y es el salto que Colombia debe dar ahora. Si uno mira las pocas industrias con un crecimiento sostenible, una de ellas es la acuicultura. El Estado debería ser capaz de desarrollar nuevos paquetes para la acuicultura, buscando maneras de alimentarla, bajando los costos de producción. Colombia es el segundo país con mayor biodiversidad de la Tierra; sin embargo, conocemos entre solo entre el 20 y el 50 por ciento de nuestra biodiversidad. Yo quisiera que el próximo presidente se comprometa con lograr el 100 por ciento de nuestros inventarios naturales, a partir de verdaderas expediciones para conocer nuestra biodiversidad marina y continental.

Jillian Pearse, directora del Departamento de Geociencias

¿Cuáles considera que deben ser las prioridades del próximo presidente, en materia de ciencia? 

Incrementar la financiación de la ciencia y educación científica a todos los niveles y, por supuesto, eso significa que los maestros de colegio requieren buena formación científica. Mejorar el conocimiento científico de la población y proporcionar contenido científico de alta calidad y fácil acceso a todos los públicos. Introducir un componente de geociencias en educación básica, pues es primordial para entender el medioambiente, las amenazas naturales, gestionar y respetar el patrimonio geológico del país.  Y mejorar el dialogo entre instituciones como el IDEAM, corporaciones regionales, SGC y el gobierno para abordar las problemáticas del pais. 

La transición energética ha sido uno de los puntos de mayor controversia entre los candidatos. ¿Cuál debería ser la postura del nuevo Gobierno frente a este tema? 

La transición energética no es opcional, sino que va a ser necesaria para el desarrollo del país. Hay que pensar más allá y evaluar fuentes alternativas como la energía eólica (ya hay en La Guajira), las olas, los biocombustibles, etc., y movernos hacía una autosuficiencia energética.    

Aquí ya no estaríamos hablando solo de fuentes de energía, sino de otras cosas necesarias para esa transición, por ejemplo, muchos productos electrónicos usan las ‘tierras raras’ en este momento, producidas principalmente por China. La minería, nos guste o no, va a ser necesaria para eso, pues los suministros para la infraestructura de energías renovables requieren grandes cantidades de metales y otros recursos.

Si se hace bien la minería, teniendo en cuenta la seguridad de los trabajadores y comunidades, y el control de contaminación, se podrían disminuir los impactos de la minería ilegal. Mientras tanto, es urgente trabajar en mejorar la eficiencia energética y disminuir la contaminación (por ejemplo, los buses viejos que causan contaminación visible). 

El candidato Rodolfo Hernández ha propuesto la fusión de los ministerios de Cultura y Medioambiente, y de Ciencia y TIC. ¿Qué opina? 

Mientras que creo que pueden existir dinámicas muy interesantes entre estas disciplinas, me parece imperativo tener separación y, por ende, equipos altamente especializados en cada una de estas áreas que luego, por supuesto, pueden colaborar en cuanto se crea necesario. Para el ejemplo de Ciencia y TIC, muchas ciencias, como muchas otras disciplinas, usan las TIC, y las TIC usan la ciencia (con la tecnología) pero la ciencia no es TIC y TIC no es la ciencia, por lo que, probablemente, sea mejor separarlos. Creo que, si es realmente necesario combinar ministerios, tendría más sentido combinar Ciencias con Medioambiente. 

¿Sí o no al fracking? 

 El fracking podría aportar a una autonomía energética para Colombia, pero debido a la características de esta práctica, y a los riesgos que estas suponen para el ambiente y las comunidades que viven cerca de los lugares donde se desarrollan, sería necesario que en Colombia se introduzcan e implanten reglamentos ambientales y operacionales (por ejemplo, protocolos de acción frente a la ocurrencia de sismos de mayor magnitud), como los que han sido introducidos en otros países para garantizar actividades sostenibles y respetuosas con el ambiente y las comunidades circundantes.  Si no se puede hacer de la mejor posible forma, entonces mejor no hacerlo.  

Chad Leidy, director del Departamento de Física

¿Cuáles considera que deben ser las prioridades del próximo presidente, en materia de ciencia?

Asegurar el financiamiento del ecosistema de investigación del país, y no solo unos cuantos megaproyectos. No amalgamar de manera artificial la innovación con la ciencia, la tecnología y la investigación, poniendo en riesgo la investigación básica. Asegurar que los recursos dedicados a la investigación no se desvíen hacia la actualización tecnológica, sin aporte real a la construcción de conocimiento.

La transición energética ha sido uno de los puntos de mayor controversia entre los candidatos. ¿Cuál debería ser la postura del nuevo Gobierno frente a este tema?

El cambio climático es un problema fundamental que se debe enfrentar. Es importante generar un plan a largo plazo (de múltiples gobiernos) que reduzca de manera ordenada la dependencia de combustibles fósiles, sin descalabrar la economía.

El candidato Rodolfo Hernández ha propuesto la fusión de los ministerios de Cultura y Medioambiente, y de Ciencia y TIC. ¿Qué opina?

Son áreas muy diferentes, que requieren una atención específica y presupuesto separado. Esta propuesta refleja una subvaloración de cada uno de estos temas.

¿Sí o no al fracking?

En Colombia es difícil garantizar el manejo medioambiental necesario para evitar consecuencias negativas a largo plazo. El fracking no es compatible con una reducción a largo plazo del consumo de hidrocarburos.

Como físico, ¿cuáles considera que son las tareas pendientes que tiene por cumplir el Estado en este campo y, en otros como el aeroespacial, en el que estamos muy rezagados?

Se está desperdiciando la oportunidad de aumentar el crecimiento económico que se tendría al incorporar físicos en el sector productivo. Esto requiere interlocutores intermedios dentro de la cadena de transferencia tecnológica, en distintos puntos entre las universidades y las empresas. Esto puede incluir un apoyo en el establecimiento y avance de laboratorios nacionales para fomentar el flujo de tecnología, información y recursos humanos.

 REVISTA HIPÓTESIS

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