Cuidando la salud psicológica de los científicos

 “La presión es máxima para generar vacunas, localizar anticuerpos y realizar pruebas a gran escala que beneficien a la salud pública. La lucha constante de estar en primera línea puede llevar a muchos al agotamiento emocional” 

César Hernán Sierra Duque
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Juan Carlos Santos Barbosa
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Ana Carolina Álvarez Peñuela
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Juana Villar Vileikis
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Esta pandemia ha generado una transformación radical en la vida de millones de trabajadores. El trabajo en casa, la pérdida del empleo y los horarios extendidos se cuentan entre los estresores que ha traído este último año. Los profesionales de las ciencias médicas y biológicas, en particular, se han enfrentado a retos que ponen en riesgo su salud psicológica: “La presión es máxima para generar vacunas, localizar anticuerpos y realizar pruebas a gran escala que beneficien a la salud pública. La lucha constante de estar en primera línea puede llevar a muchos al agotamiento emocional” [1] (p. 2).

En medio de todo esto, en abril del 2020, la Universidad de los Andes puso a funcionar el Laboratorio Gencore para el análisis de pruebas covid-19. Desde entonces, más de 35 profesionales en ciencias biológicas colaboran para procesar alrededor de mil muestras diarias. Trabajar en el laboratorio es demandante: exige precisión, coordinación y comunicación constante. Además, las medidas de bioseguridad, las cuarentenas y demás restricciones que han impuesto las autoridades le generan al equipo un nivel de estrés más alto de lo que acostumbran. En vista de lo anterior, junto al Área de Seguridad y Salud en el Trabajo (sst), dos estudiantes de la Maestría en Psicología Clínica y de la Salud diseñamos este acompañamiento.

Evaluación inicial

Empezamos en septiembre del 2020 con una evaluación de los hábitos y los niveles de agotamiento emocional del equipo. Nos reunimos virtualmente con el grupo para conocer sus experiencias y diligenciar un cuestionario diseñado a partir de la Escala de Estrategias de Coping Modificada [2], el Inventario de Burnout de Maslach [3] y el Cuestionario de Salud del Paciente [4]. A esta aproximación cuantitativa grupal se sumaron dos entrevistas individuales a miembros del equipo seleccionados aleatoriamente. El objetivo era revisar dos de los factores determinantes del estrés ocupacional: alteraciones en hábitos y estrategias de afrontamiento al estrés.

Encontramos en el equipo un nivel moderado de agotamiento emocional, alteraciones en los hábitos que generaban tensión muscular e insomnio y estrategias de afrontamiento no adaptativas como la negación y la reacción agresiva. También pudimos notar que el equipo sentía un alto nivel de realización personal en el trabajo, no tenía alteraciones en la alimentación y, dentro de sus estrategias de afrontamiento, contaban con una buena capacidad para resolver problemas y de reevaluarlos positivamente. La evaluación nos permitió identificar a las personas con niveles más altos de estrés, para así priorizar su atención individual. Las dos semanas siguientes, con los objetivos de la intervención grupal delimitados, diseñamos una intervención.

Diseño de la intervención

Revisamos las investigaciones sobre estrés ocupacional durante la pandemia, enfocadas en los trabajadores de la salud. Entre las fuentes de estrés más comunes encontramos un alto nivel de presión (que puede ser autoimpuesta, impuesta por la sociedad o por autoridades inmediatas), riesgo de contagio (propio y de personas significativas), sobrecarga, frustración, aislamiento y fatiga, entre otras [5].

Así las cosas, buscamos aliviar esa presión al incidir en dos determinantes del problema: alteraciones en hábitos y estrategias de afrontamiento. Para lidiar con las alteraciones en hábitos, hicimos un taller de psicoeducación en manejo del insomnio [6] y relajación muscular progresiva, con apoyo de la fisioterapeuta de sst. Para mejorar las estrategias de afrontamiento, se hicieron cuatro talleres (dos presenciales y dos virtuales) que buscaban aumentar el apoyo social en el equipo y generar una cultura colaborativa. Los talleres tenían como temas la comunicación asertiva [7], la escucha activa y solución de conflictos [8], y estaban dirigidos al equipo general y a los líderes del equipo.

Durante uno de los talleres presenciales realizado en instalaciones de la universidad, los miembros del laboratorio recibieron un entrenamiento en asertividad. Les explicamos en qué consiste este estilo de comunicación, revisamos en qué situaciones, contextos o ante qué personas les cuesta más trabajo ser asertivos e hicimos juegos de roles para poner en práctica la asertividad en la vida cotidiana. Replicamos este taller en modalidad virtual e hicimos unas modificaciones para adaptarlos a los líderes del equipo.

 

Resultados de la intervención

La efectividad de este acompañamiento, por razones logísticas y éticas, no se pudo evaluar con la rigurosidad de un experimento científico. Es decir, no fue posible asignar aleatoriamente a los miembros del equipo a diversos grupos, ni modificar las variables de forma controlada. Además, el objetivo principal de la intervención era generar bienestar psicosocial al equipo del laboratorio Gencore. Sin embargo, sí pudimos obtener información valiosa al replicar el cuestionario que se aplicó al comienzo. Nos llama la atención que el agotamiento emocional del equipo aumentó durante este tiempo, probablemente, como resultado de un mayor tiempo expuestos a los estresores que mencionamos. Los demás resultados son más alentadores.

Encontramos un aumento grupal en la realización personal en el trabajo y reducciones en los niveles de insomnio y tensión muscular. En cuanto a las estrategias de afrontamiento, se redujeron significativamente la negación y la reacción agresiva, lo que nos muestra que el equipo se comunica más asertivamente. Los acompañamientos individuales arrojaron unos resultados positivos en todos los indicadores, entre los cuales se destacan reducciones significativas en los niveles de agotamiento emocional. En suma, aunque de forma preliminar, esta intervención puso en evidencia los efectos que ha tenido el trabajo en el laboratorio sobre la salud psicológica de los científicos. Más aún, gracias a esta colaboración, sabemos que podemos realizar intervenciones que contribuyan a aliviar el estrés de los científicos en nuestra comunidad.

Referencias

[1]        Chan C, Oey NE, Tan E-K. Mental health of scientists in the time of covid-19. Brain Behav Immun. 2020;88(January):956. doi:10.1016/j.bbi.2020.05.039

[2]        Londoño NH, Henao López G, Puerta IC, Posada S, Arango D, Aguirre-Acevedo DC. Propiedades psicométricas y validación de la escala de estrategias de coping     modificada (eec-m) en una muestra colombiana. Univ Psychol. 2006;5(2):327-349.

[3]        Aranda C, Pando M, Salazar J. Confiabilidad y validación de la escala Maslach Burnout Inventory (Hss) en trabajadores del occidente de México. Salud Uninorte. 2016;32(2):1-10. http://www.scielo.org.co/pdf/sun/v32n2/v32n2a05.pdf

[4]       Buselli R, Corsi M, Baldanzi S, et al. Professional quality of life and mental health outcomes among health care workers exposed to sars-CoV-2 (covid-19). Int J Environ Res Public Health. 2020;17(17):1-12. doi:10.3390/ijerph17176180

[5]       Kang L, Li Y, Hu S, et al. The mental health of medical workers in Wuhan, China dealing with the 2019 novel coronavirus. The Lancet Psychiatry. 2020;7(3):e14. doi:10.1016/S2215-0366(20)30047-X

[6]       Jack D. E, Colleen E. C. Overcoming Insomnia. Second Edi. (David H B, ed.). Oxford University Press; 2015.

[7]        Duckworth M. Assertiveness skills and the management of related factors. In: O’Donohue WT, Fisher JE, eds. General Principles and Empirically Supported Techniques of Cognitive Behavior Therapy. John Wiley & Sons, Ltd; 2009:124-132.

[8]       Jacobson NS, Christensen A. Communication and Conflict Resolution Training. In: Acceptance and Change in Couple Therapy: A Therapist’s Guide to Transforming Relationships. W.W. Norton & Company; 1996:171-211.