Brigadas Uniandes Proyecto Covida

Brigada de capacitación de auxiliares de enfermería de comunidades indígenas del Putumayo, octubre del 2020. Las jornadas de capacitación fueron organizadas por la ONG Amazon Conservation Team Colombia, con la participación de la Secretaría de Salud del Putumayo y las brigadas Covida.

Fotografía: Adriana Díaz

 

Carolina Salguero, Santiago Hernández, Pablo Rodríguez Feria, Luis Jorge Hernández, Andrea Ramírez, Martha Vives, Eduardo Behrentz, Alejandro Gaviria en representación del grupo de trabajo COVIDA

Un grupo de estudiantes e investigadores del Departamento de Ciencias Biológicas, en conjunto con funcionarios de la Vicerrectoría de Desarrollo, conformaron las brigadas de toma de muestras para la detección del SARS-CoV-2. Este artículo presenta las experiencias de algunos de los miembros del equipo y sus aprendizajes personales y profesionales como cazadores de microbios modernos durante la pandemia de COVID-19. 

    1. Creación de las brigadas

En marzo de 2020 confirmamos la inminencia de la dispersión del virus SARS-CoV-2 en Colombia. Pocos días después, se decretó la emergencia sanitaria en el territorio nacional y las medidas de confinamiento estricto, trayendo consigo el aislamiento en un ambiente de desinformación y miedo. Nos enfrentábamos a un virus desconocido tanto para nuestro sistema inmune, como para nuestro sistema de salud y para el cual no teníamos (aún no tenemos) tratamiento específico, cura o vacuna disponibles. El miedo de la población también caló entre el personal de atención médica, no sólo ante el riesgo de contagio por su constante exposición sino porque además fue blanco de agresiones y estigmatización.

En medio de un escenario que muchos calificaron como apocalíptico y nunca antes visto, microbiólogos, virólogos e inmunólogos mantuvieron su distancia de estas opiniones. Los microorganismos, incluyendo a los virus, han acompañado a la humanidad a lo largo de los siglos y a lo ancho de todos los continentes. Cualquier profesional de estas áreas conoce bien la larga historia de las relaciones entre los microorganismos y los seres humanos, y saben lidiar con ellos para estudiarlos. Es decir, los conocen, los respetan, pero no les temen.

Ante la necesidad urgente de conocer la dinámica de dispersión del virus en la ciudad de Bogotá, surgieron varias iniciativas en paralelo en la Universidad de los Andes; entre otras: la Vicerrectoría de Investigación y Creación adquirió equipos y adecuó instalaciones para la detección del virus por medio de la técnica de RT-qPCR (amplificación y cuantificación del material genético en tiempo real) en el laboratorio GenCore; la Vicerrectoría de Desarrollo creó el proyecto COVIDA con recursos internos y provenientes de donaciones para el rastreo del virus en la comunidad. Pero en medio de una cuarentena estricta, el miedo por desconocimiento e incertidumbre, y el desbordamiento de las capacidades de atención por parte de las entidades de salud, ¿quién entregaría las muestras al laboratorio para poder rastrear y controlar la dispersión del virus?

El Centro de Investigaciones Microbiológicas lleva más de 10 años de trabajo con virus que infectan bacterias, y más de 50 años de experiencia con microorganismos en general, siendo algunos de ellos patógenos oportunistas de los seres humanos, de animales y plantas. Por eso, con el apoyo del equipo de la Vicerrectoría de Desarrollo y la dirección de Servicios Generales, en coordinación con el laboratorio GenCore, y acogiendo las directrices nacionales e internacionales de bioseguridad, implementamos los protocolos y procesos para la adecuada toma de muestras y su correcto traslado al laboratorio con el fin de realizar la detección del virus causante de COVID-19.

La toma de muestras y su traslado al laboratorio requieren de protocolos cuidadosos, precisos y estrictos. La calidad de la muestra es indispensable para la entrega de resultados confiables, pero en este caso, también debíamos evitar la dispersión del virus y la contaminación cruzada. Es decir, los protocolos debían asegurar el bienestar de las personas a muestrear, de quienes toman las muestras y del entorno. Con esto en mente, se conformaron las brigadas y se establecieron los protocolos.

Muchos voluntarios (estudiantes y egresados de Uniandes) se ofrecieron generosamente para adelantar esta tarea; se seleccionaron seis profesionales de las ciencias básicas y biomédicas, que en el momento se encontraban vinculados laboralmente con la universidad, todos ellos con grados de maestría o doctorado, y con amplia experiencia de trabajo con microorganismos patógenos, virus y RNA. Carolina Salguero y Martha Vives desarrollaron los protocolos de bioseguridad, la logística para la movilización de las brigadas, el proceso de alistamiento de materiales e insumos, la ruta sanitaria y de desinfección, y la coordinación con las demás unidades de la Universidad para la puesta en marcha de esta iniciativa. Esta información estará próximamente disponible para todo público a través de la iniciativa de Ciencia Abierta. En abril, se realizaron pilotos en los que participaron alrededor de 50 personas, con el decidido apoyo del doctor Carlos Enrique Cavelier y la empresa La Alquería, que permitieron afinar todos los procedimientos. Desde ese momento, las brigadas no han dejado de trabajar, ya sea tomando muestras en Bogotá o en municipios de Cundinamarca (como apoyo a la Secretaría Distrital de Salud, y a las Secretarías municipales de Salud de Chía y Cota), capacitando y acompañando en protocolos de bioseguridad, el uso de elementos de protección personal, la toma de muestras y su embalaje a las personas a cargo de estos procedimientos en IPSs, Emermédica (empresa socia del proyecto COVIDA), la Secretaría de Salud Municipal de Cajicá y la Secretaría Departamental del Putumayo.

Figura 1. Línea de tiempo del desarrollo de las Brigadas COVIDA

  2. Desarrollo de protocolos

Previamente, se realizó una revisión de literatura sobre el nivel de bioseguridad recomendado para el manejo del SARS-CoV-2 por diferentes organizaciones de la salud a nivel nacional e internacional. También, se establecieron los campos de acción o escenarios en los cuales el equipo de las brigadas realizaría la toma de muestras para diagnosticar la presencia del virus por medio de la prueba molecular de PCR.

Esta revisión incluyó los lineamientos y directrices del manejo y diagnóstico del SARS-CoV-2 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Center of Desease Control (CDC) de Estados Unidos y el consenso de expertos para la atención, diagnóstico y manejo de casos de COVID-19 de la Asociación Colombiana de Infectología (ACIN) y el Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud (IETS) (1-3).  También se revisó la información disponible en el momento del Ministerio de Salud y el Instituto Nacional de Salud de Colombia. Se estableció que nuestro equipo de brigadas seguiría las recomendaciones de bioseguridad de nivel 3 de laboratorios clínicos, de investigación, y de diagnóstico en los que se trabaja con agentes infecciosos de naturaleza desconocida que puedan tener una transmisión aérea, puedan causar afecciones graves y sean potencialmente mortales. Esta decisión fue altamente influenciada por la definición de los campos de acción de las brigadas. Es decir, aunque logísticamente era más fácil realizar pruebas en espacios o lugares previamente adecuados y que las personas acudieran a estos puntos, también era necesario crear protocolos para realizar pruebas en los domicilios de personas que no pudieran desplazarse hasta el punto de toma de muestra.

Las últimas revisiones han estimado que aproximadamente la tasa de asintomáticos es del 17% y un 60% restante presenta síntomas leves (8). Por tanto, ya que es muy probable ser portador del SARS-CoV-2 y no presentar síntomas (ser asintomático), se asumió que cada domicilio al que entrarían las brigadas debería ser considerado como un espacio de alta probabilidad de contagio. Teniendo en cuenta lo anterior, dividimos los Elementos de Protección Personal (EPP) en dos capas (Figura 2).  La primera capa comprende el uniforme de trabajo de todo el día del brigadista y está diseñada para ser la primera barrera de protección de la persona quien toma la muestra. La segunda capa se cambia frecuentemente durante la jornada y tiene como propósito proteger al participante (por eso se cambia con regularidad); también funciona como segunda barrera de protección para el brigadista.

Figura 2. Equipo de Protección Personal (EPP) de los brigadistas.

 

Una vez definidos los campos de acción y el nivel apropiado de bioseguridad, se desarrollaron los protocolos de toma de muestra para diferentes escenarios usando como referencia los lineamientos del Instituto Nacional de Salud y el Ministerio de Salud (4-7), el conocimiento del personal de la salud y seguridad en el trabajo de Uniandes que acompañó en el proceso de creación de protocolos, y las experiencias de nuestros brigadistas durante las pruebas piloto.

Los protocolos y las sesiones de entrenamiento para los brigadistas fueron diseñadas para fomentar la toma de consciencia de cada palabra, acción, y particularmente cada movimiento, durante todo el proceso, para garantizar la seguridad y la tranquilidad de todo el equipo de brigadistas y de las personas a las que se les realiza el procedimiento. De acuerdo con los protocolos del proyecto COVIDA, la aceptación de la toma de muestra se realiza telefónicamente; durante la llamada, se ofrece toda la información al participante sobre los procedimientos y se registra el Consentimiento Informado verbal (protocolo aprobado por el Comité de Ética de la Universidad de los Andes). Sin embargo, a través de la experiencia de nuestros brigadistas, se documentó la importancia de, además de volver al explicar el procedimiento antes de la toma de muestra, narrar el procedimiento durante la toma, ya que esto tranquiliza a la persona: “Voy entrando a la nariz, ya estoy tomando la muestra -contar hasta ocho mientras que se rota el hisopo-, estoy retirando el hisopo, ya terminé”. De la misma manera, se identificó que uno de los momentos dónde se puede generar contaminación es cuando se retira el hisopo de la fosa nasal, y este debe ser insertado en un tubo que contiene medio de transporte. Con base en la experiencia previa de investigación con virus y otros microorganismos, sabíamos que dejar el tubo de medio de transporte abierto antes de empezar el hisopado podría contaminar la muestra, y que abrir este tipo de tubos con una sola mano mientras se mantiene el hisopo en la otra mano requiere un tipo de destreza particular. Por ende, se decidió que la toma de muestra de hisopado nasofaríngeo se realizaría entre dos brigadistas: uno podría realizar el hisopado, mientras que el otro podría estar a su lado abriendo el tubo de medio de transporte en el momento indicado para evitar la contaminación. Además, esta dinámica de trabajo en equipo permite que dos brigadistas capacitados sean conscientes del cuidado de su compañero, en cada paso del procedimiento.  

Por estar en contacto con personas potencialmente infectadas con el virus, se programaron pruebas de detección del virus SARS-CoV-2 para todo el equipo de brigadistas cada 3 semanas. Desde el inicio hasta el momento de la escritura de este artículo, todos ellos han sido negativos para el virus. Estos resultados evidencian la implementación impecable de los protocolos de bioseguridad y muestran indirectamente el compromiso con el autocuidado y el cuidado del otro del equipo de brigadistas.

Los protocolos desarrollados para las brigadas fijas y móviles sirvieron como base para la creación de los protocolos de toma de muestra en los puntos adecuados en centros comerciales del proyecto COVIDA, la capacitación el personal de nuestra aliada prestadora de servicios de salud, Emermédica (que hoy en día realizan pruebas de diagnóstico de SARS CoV-2 a nivel nacional), y el acompañamiento de los hospitales y clínicas aliados del proyecto COVIDA.

 3. Evolución de las brigadas

Una vez se iniciaron las brigadas, fue evidente la necesidad de contar con un equipo numeroso de trabajo logístico que abarca los diferentes eslabones en el proceso. Por tanto, se creó un flujo de proceso para garantizar la excelencia en la operación.  (Figura 3). Durante la planeación se definieron varios procesos que requieren participación de un equipo transdisciplinar. Por ejemplo, se evidenció la necesidad de contar con un equipo encargado de la administración y veeduría de la información y datos personales de los participantes; de la selección de participantes, la captura de la información epidemiológica y del agendamiento de la toma de muestra; un equipo a cargo de las compras y distribución de los materiales e implementos para la toma de muestra; un equipo especial encargado de los procesos de desinfección y eliminación de desechos biológicos; y un equipo de conductores y transportadores autorizados de material biológico. A través de la evolución de las brigadas, este equipo ha contado con la participación de más de dos docenas de profesionales de todos los niveles académicos, quienes han trabajado en sinergia para aportar un granito de arena en la adecuada respuesta frente a la emergencia sanitaria, desde su área de conocimiento.  

 

Figura 3. Flujo general de procesos de las brigadas Covida

Desde el inicio de actividades, el equipo de las brigadas ha realizado 1.190 muestras diagnósticas en Bogotá y varios municipios de Cundinamarca (Figura 4). A través de adquisición de experiencia con los procesos, el número de muestras que se toman en cada punto fijo ha aumentado significativamente sin sacrificar los estándares de calidad y bioseguridad, lo que ha permitido pasar de tomar un promedio de 8 muestras en mayo, a tomar un promedio de 40 muestras por cada equipo de brigadistas en un punto fijo en una jornada de 7 horas.

Figura 4. Historial de muestras tomadas por las brigadas COVIDA para la detección del SARS-CoV-2 entre abril y octubre de 2020.

    4. El trabajo de campo

Han pasado más de 6 meses desde que se inició el trabajo de las brigadas; entre los seis brigadistas voluntarios se han tomado cientos de muestras. Desde el primer día hasta hoy se han mantenido los protocolos de bioseguridad que permiten trabajar con tranquilidad, dejando el miedo de lado y con el objetivo claro de gestionar una muestra de buena calidad. Durante estos meses se ha trabajado con Secretarias de Salud municipales de Cundinamarca, tomando muestras a la población que dichas autoridades definen para seguirle el rastro al virus. Los brigadistas también han capacitado a personal de atención médica en Bogotá de nuestro aliado Emermédica, y en el departamento del Putumayo a personal asistencial que trabajan con la población en lugares de difícil acceso. Asimismo, la profesora Martha Vives (líder y fundadora del grupo de brigadas) realiza visitas de verificación de protocolos y procesos en distintos lugares e instituciones que participan en el proyecto. Desde que el virus llegó a Colombia, todo el equipo de COVIDA ha puesto su conocimiento, experiencia y tiempo para superar las dificultades generadas por la falta de información y desinformación durante la pandemia. A nivel personal, los participantes han acumulado experiencias y momentos memorables, en ocasiones difíciles, que hoy en retrospectiva recuerdan como aprendizajes de vida.

 

           Las experiencias: relatos en primera persona

La primera vez: Teníamos diseñados, revisados y perfectamente claros todos los protocolos de bioseguridad. Todo estaba listo para mantener los más altos niveles de calidad bajo la rigurosidad que nos caracteriza como científicos. No obstante, en el momento de la toma de muestras para COVID-19 el participante juega un papel fundamental para el éxito del procedimiento, aunque ellos no lo sepan. No olvidaremos a la primera persona participante, no solo por ser la muestra con código BA000001, si no por ser una de las muestras más difíciles que debimos tomar.

Iniciamos explicando detalladamente el procedimiento,  transmitiendo tranquilidad a la participante, sin embargo, internamente también estábamos algo nerviosos por ser la primera vez que tomábamos una muestra en campo. A nuestra primera “paciente” le costaba guardar la calma. Ya se encontraba todo preparado para la toma de la muestra y cuando ya estábamos ingresando el hisopo por nariz de repente la señora tomó la mano del brigadista y se retiró bruscamente el hisopo antes de alcanzar a tomar la muestra. Era necesario entonces destapar un nuevo hisopo y volver a intentarlo, pero el problema era que la señora lo permitiera, ya que estaba muy nerviosa. Nos tomó mucho tiempo tranquilizarla y convencerla. Finalmente, pudimos tomar la muestra y la señora dijo una de las frases que más escuchamos a diario: “Pensé que era peor”.

Esta experiencia de nuestra primera vez fue una excepción, ya que afortunadamente la mayoría de los participantes se mantienen tranquilos durante el procedimiento. Como brigadistas hemos tenido la necesidad de desarrollar la capacidad para superar esos impases para preservar el bienestar de las personas y que nunca se pierda la calidad de la muestra. A veces debemos recibir con paciencia algunas expresiones de disgusto  pero generalmente recibimos un “gracias”, “Dios los bendiga”, “que tengan lindo día”, y en general la buena energía que casi todas las personas nos regalan.

Capacidad de adaptación: Las brigadas iniciaron tomando muestras domiciliarias. Mientras el país se encontraba en cuarentena estricta y generalizada, nosotros andábamos por la sabana de Bogotá de municipio en municipio tomando muestras para el diagnóstico del virus causante de la COVID-19. Los protocolos para toma de muestras domiciliarias son aún más estrictos que los protocolos de muestreo en un punto fijo, por el hecho de tener que ingresar a un espacio desconocido, y al hogar de personas sin saber qué tantas medidas de precaución han seguido en medio de la pandemia. De tal manera que uno de los mayores retos que nos hemos encontrado es la capacidad de adaptarnos para poder tomar muestras en los domicilios. Por esa razón, al llegar a un domicilio con gran atención revisamos las condiciones de ventilación de la casa, y verificamos la disponibilidad de una superficie limpia (o facilmente desinfectable) para poder ubicar los elementos de muestreo. 

De igual manera nos hemos tenido que adaptar a ver directamente, sin intermediarios ni filtros, la realidad de un país desigual. La primera cita del día puede ser en un conjunto residencial de aquellos en donde viven personas de un alto nivel de ingresos, con ventanales gigantes y mesas de madera de excelente calidad. Y después de tomar la muestra en esa espectacular casa, debemos ir a tomar una muestra en una vivienda que apenas cuenta con una ventana que permite el ingreso de la luz. Sin duda, ese cambio drástico de perspectiva nos afecta y al final del día nos deja pensativos y afectados emocionalmente; nos cuestionamos si hacemos suficiente, pero nos reafirma que estamos haciendo lo correcto. Sin importar el nombre o la dirección en nuestra lista de citas, siempre trabajamos con el mismo rigor, compromiso y respeto.

Asertividad y carisma:  Una de las enseñanzas más grandes que nos ha quedado durante nuestra experiencia como brigadistas es lo importante que es ser asertivos y desarrollar empatía con las personas con quienes interactuamos. Hemos tenido que consolar a personas que lloran porque tienen angustia por su salud y la de sus familias; hemos sido grabados con recelo como si estuvieran esperando que hiciéramos algo mal para publicarlo en redes sociales; y hemos tenido que tener paciencia cuando cualquiera de las personas que tienen cita para la toma de muestra quiere “verificar y revisar nuestros protocolos de bioseguridad”, como nos advierten. En todos los casos, hemos identificado la importancia de poder transmitir el mensaje correctamente, de dar tranquilidad y, sobre todo, confianza.  Tratamos al máximo de resolver las dudas que surgen ante una situación como la que enfrentamos, de hacer sentir al participante lo importante que es él o ella en todo el proceso de muestreo y, en general, en el rastreo del virus en el país. Durante estos meses hemos aprendido a despojarnos del tecnicismo del laboratorio para arroparnos de mensajes universales, claros y transmitidos con gran cariño.

 

 De estudiante a brigadista

Foto 2. Primer día de toma de muestra en campo. Abril 2020.

“Tengo una inquietud: ¿por qué personas con posgrado están tomando muestras para COVID-19?” Es otra de las preguntas más frecuentes que hacen los participantes a los brigadistas. Para muchos es incoherente que personas con varios títulos académicos estén tomando muestras en medio de una pandemia. Explicamos entonces que los brigadistas somos voluntarios, y que decidimos realizar esta tarea en medio de la situación de emergencia ya que podíamos ser de ayuda dada nuestra experiencia de trabajo con microorganismos patógenos y conocimiento de los protocolos de bioseguridad.

Entre los brigadistas hay personas con diversos títulos profesionales, de doctorado (PhD), de maestría (MSc), y estudiantes doctorales quienes, con el mayor orgullo, tomamos las muestras sabiendo que estamos ayudando de alguna manera a superar esta difícil situación. Por nuestro entrenamiento en Microbiología, hemos podido hacer algo más que sólo hacer caso a las recomendaciones de guardar aislamiento.  Todas las personas en el país han apoyado desde la oportunidad que se les ha dado; en nuestro caso, todos trabajamos en el laboratorio que dirige Martha Vives y por esa razón, por ese acto del destino o del azar, hoy trabajamos como brigadistas. Todos aportamos desde nuestras capacidades, y unos a otros nos apoyamos con el mismo objetivo de superar este problema de salud pública que nos involucra a todos por igual.

La mayoría de los brigadistas, además de ser estudiantes de posgrado o investigadores, también somos profesores. Desde que el virus impactó a la sociedad colombiana, nuestro rol cambió. Nuestras investigaciones quedaron relegadas por un tiempo, y tuvimos que adaptarnos a tomar y dar clases virtuales. Todo el tiempo pensábamos en la COVID-19. En nuestros seminarios de investigación los temas se volcaron a estudiar las dinámicas de la enfermedad. Así, semana tras semana analizábamos datos, revisábamos las últimas publicaciones científicas sobre el virus y discutíamos la información. Todo eso fue de gran utilidad porque nos permitió conocer con mayor claridad a qué nos enfrentábamos en las brigadas y así podíamos hablar con seguridad del tema y aclarar a los participantes las dudas que surgían. Además, usando toda la información que reunimos, diseñamos charlas, dictamos cursos cortos y preparamos material pedagógico como videos e infografías para compartir la información de manera más clara y comprensible para todo público (CoronaQuiz: https://forms.gle/MxHrJLRAMJJp7wBy6). Nos dimos cuenta durante las brigadas que muchas personas no conocían la diferencia entre un virus y una bacteria, o qué implicaciones tenía estar en medio de una pandemia, o por qué el jabón común es efectivo para evitar la dispersión del virus. Por eso, el material que diseñamos fue desarrollado con el fin de comunicar clara y asertivamente, conocimientos básicos de Microbiología, y tranquilidad.

Los brigadistas tuvimos que olvidar por un tiempo nuestros experimentos, nuestras tesis doctorales, para enfocarnos en el virus SARS-CoV-2. Nuestros objetivos eran rastrear el virus, explicar quién es ese virus, lograr que las personas no sintieran miedo, pero que sí aprendieran como cuidarse. Por eso, nos consideramos no solo brigadistas que toman muestras de hisopado nasofaríngeo, sino también divulgadores de conocimiento científico disfrazados bajo capas de elementos de protección personal.

 

Fotografía 3. Toma de muestras domiciliarias. Usando todos los elementos de protección personal (epp) cada equipo de brigada ingresa a la vivienda para la toma de muestra. El equipo lleva los hisopos, neveras para guardar y conservar los medios de transporte virales, y demás implementos necesarios para la toma de muestras.

 Conclusiones

La pandemia y el proyecto COVIDA nos han hecho tomar conciencia de aspectos importantes en la vida humana que, ojalá, no olvidemos. Uno de ellos es la importancia del trabajo transdisciplinario, ya que cualquiera de las acciones requeridas para resolver las problemáticas actuales requiere del diálogo abierto y efectivo y la búsqueda conjunta de soluciones entre varias áreas del conocimiento. Por la complejidad de las situaciones, ninguna disciplina de forma aislada o sus profesionales pueden resolverlas.

Dicho diálogo abierto sólo es posible a través del respeto mutuo entre todos los miembros de estos equipos multidisciplinarios, la capacidad de escucha permanente y el trabajo concertado. La generosidad para compartir conocimientos y poner a disposición del equipo la capacidad de trabajo individual es otra característica esencial para obtener los resultados esperados. Consideramos un logro importante las articulaciones con los sistemas de salud de los distintos municipios y departamentos, complementando las estrategias de vigilancia para un mejor seguimiento de la COVID-19 en la población.

Otra lección aprendida es el enorme valor de las universidades como crisoles de capacidades para dar respuesta ante eventos inesperados, y para los cuales ninguna empresa o gobierno está preparado. La educación de personas éticas, generosas e íntegras en las ciencias básicas, ambientales, sociales, económicas, médicas y la investigación en general deben permanecer como baluartes de una sociedad que busca un desarrollo equilibrado, equitativo y sostenible. Los eventos desencadenados por la pandemia hicieron evidentes las profundas problemáticas sociales y ambientales, que requieren de la búsqueda continua de soluciones y de la articulación de todos los actores para ponerlas en práctica.

 

 

Fotografía 4. Para toma de muestras domiciliarias el equipo de brigada ubica los implementos sobre una superficie plana previamente desinfectada. Todo el procedimiento se realiza con la presencia de la persona que será muestreada para que pueda verificar el seguimiento de los protocolos de bioseguridad.

 Equipo de las brigadas

Coordinadora:

Martha J. Vives Flórez.

Brigadistas:

Viviana Clavijo López, Laura Tatiana Morales Mancera, Ángela Victoria Holguín Moreno, Jaime Eduardo Gutiérrez Fonseca, Juan Camilo Farfán Esquivel, Santiago Hernándillamizar.

Logística:

Maribel Rincón, Paola Padilla, Dayana Cardona, Catalina Prada, Carolina Salguero, Carolina Villarraga, Adriana Callejas.

 

Referencias

  1. Organización Mundial de la Salud. (2020). Directrices provisionales de bioseguridad de laboratorio para el manejo y transporte de muestras biológicas.
  2. Centers for Disease Control and Prevention. (2020). Interim Laboratory Biosafety Guidelines for Handling and Processing Specimens Associated with Coronavirus Disease 2019 (COVID-19).
  3. Saavedra Trujillo, C. A. (2020). Consenso colombiano de atención, diagnóstico y manejo de la infección por SARS-COV-2/COVID-19 en establecimientos de atención de la salud. Infectio, 24(3), 1–153.
  4. Ministerio de Salud y Protección de Colombia. (2020). Lineamientos para la detección y manejo de COVID-19 por prestadores de salud.
  5. Misterio de Salud y Protección de Colombia. (2020). Lineamientos para la gestión de muestras (toma, conservación, embalaje y transporte de muestras) para la detección de COVID-19 en Colombia.
  6. Instituto Nacional de Salud. (2020). Orientaciones para la vigilancia en Salúd Pública de la COVID-19
  7. Misterio de Salud y Protección de Colombia. (2020). Circular del Ministerio de Salud y Protección sobre detección de SARS-CoV-2
  8. Byambasuren, O., Cardona, M., Bell, K., Clark, J., McLaws, M. L., & Glasziou, P. (2020). Estimating the extent of true asymptomatic COVID-19 and its potential for community transmission: systematic review and meta-analysis. Available at SSRN 3586675