'La comprensión de la materia oscura es uno de nuestros mayores problemas': físico Galileo Violini

Revista hipÓtesis

El pasado 17 de agosto, en su más reciente Sesión Solemne, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (Accefyn) posesionó al profesor Galileo Violini como su Miembro Honorario, junto con otros reconocidos científicos que han hecho aportes fundamentales en diferentes áreas.

Violini, quien llegó a Colombia en 1978 proveniente de la Universidad de Roma (Universidad la Sapienza de Roma), fue profesor visitante del Departamento de Física de la Universidad de los Andes hasta 1988, y su objetivo siempre fue apoyar el desarrollo científico en Colombia y la región andina.

En el país fundó el Centro Internacional de Física en Colombia (CIF), con la ayuda de los profesores Alfonso Rueda y Steven Moore, de los Andes, y Eduardo Posada, de la Universidad Nacional, entre otras figuras destacadas de la física, como Leon Lederman, Premio Nobel y director de Fermilab.

En este proceso, Violini siempre contó con el apoyo financiero de Italia, a través del Instituto Nacional de Física Nuclear, del ICTP, de Trieste; de la Unesco y de otras fuentes. Fue así como organizó varias decenas de simposios, cursos y talleres, que sirvieron para traer a Colombia a destacados investigadores, quienes iniciaron y apoyaron varios grupos de investigación.

De acuerdo con el profesor Bernardo Gómez, profesor del Departamento de Física de los Andes, y amigo personal de Violini, la labor de este último tuvo efecto no solo en Colombia, sino en la región, en países como Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y, en especial, en Centroamérica, en naciones como Honduras y El Salvador, donde trabajó varios años, contribuyendo a la reconstrucción luego de la guerra civil.

“Cuando dejó Colombia, fue representante de la Unesco Teherán (Irán) por varios años. Recientemente ha sido asesor del Ministerio de Ciencia y Educación Superior de República Dominicana, y ha reunido apoyo para crear la región del 'Gran Caribe' para la ciencia, para universidades del Caribe, los centros de investigación y hasta para el proyecto de un gran laboratorio de luz sincrotrón, como el de Campinas, en Brasil, pero para el Caribe.

Violini, ganador del prestigioso Premio Abdus Salam, del ICTP de Trieste, por su labor en Colombia con el CIF, habló con Hipótesis acerca del reciente reconocimiento que recibió por parte de Accefyn, de sus logros y del estado de la ciencia en Colombia.

¿Qué significa para usted haber sido nombrado Miembro Honorario de Accefyn?

Los reconocimientos siempre son bienvenidos. Pero me parece más importante pensar que esto puede contribuir a apoyar la realización de nuevos proyectos que, creo, representan una urgencia para Colombia, y en general para la región del 'Gran Caribe'. Nuevos centros de ciencia interdisciplinarios, con fuerte vocación regional y, sobre todo, la creación de un sincrotrón regional. Hace siete años fue propuesto en México y en la misma Colombia. La falta de realización no significa que no es necesario, sino que, probablemente, se necesita, más que una acción nacional, una regional.

¿Qué recuerdos le traen aquellos primeros años en el Departamento de Física de los Andes? 

Fue una experiencia muy interesante. En esos años, el Departamento estaba haciendo su transición de ser un departamento de servicio a ser uno de investigación, lo cual llevaría al lanzamiento de una carrera de física. Y fueron los años en que se concretó la realización del proyecto de crear en Colombia un centro según el modelo del ICTP. Recuerdos de colaboradores excelentes, como Antonio María Rodríguez Vargas, con quien publiqué varios artículos de investigación.

Usted ha investigado ampliamente sobre física relativista, ¿cuál cree que será el siguiente gran avance en este campo?

No sé si será el próximo avance, pero la comprensión de la materia oscura, pienso, es uno de los mayores problemas.

¿Cuál es esa pregunta de la física que logra quitarle el sueño?

Mi modelo para el sueño es Miguel de Unamuno. Cuando duermo, duermo, no las diez horas que él pregonaba, pero lo justo. Y, cuando me despierto, no tengo pesadillas de física.

Usted ha tenido la oportunidad de participar en el desarrollo de la física en Colombia en los últimos años. ¿Cómo ve la evolución de la ciencia en el país desde los ochenta hasta ahora?

Progresos gigantescos: departamentos de física en las mayores universidades, con una gran riqueza de grupos y temas de investigación. Pero hay mucho por hacer. Hay desigualdades, no tanto cualitativas como cuantitativas, entre las universidades de diferentes departamentos. Se puede hacer mucho para fortalecer las relaciones con los países vecinos.

En la coyuntura política actual, ¿cuáles deben ser las prioridades del país en materia científica?

Asegurar que los graduados tengan trabajos adecuados, promoviendo que regresen de estudios doctorales o postdoctorales. Lanzamiento de grandes proyectos que, forzosamente, deben tener carácter nacional y ser considerados programas de Estado y no de Gobierno. Creación de centros multidisciplinarios, ampliación de los temas de investigación, y no descuidar las relaciones con los científicos de la diáspora, pues son un patrimonio inmenso en función de sus potencialidades.

Usted ha manifestado su interés por la comunicación de la ciencia. ¿Cuáles cree que son los principales retos que afronta esta actividad en la actualidad?

Uno de los grandes problemas es la comunicación al gran público, fundamental para que acciones como las que he mencionado sean acompañadas por el necesario consenso. Es un problema general en América Latina. Algo se ha hecho, pero todavía esta especialización no es frecuente. 

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