Colombia, a un paso de tener su propia ley para proteger los ecosistemas subterráneos

 

Foto de portada: Juan Carlos Higuera Triana

Colombia está más cerca de contar con una legislación clara para la conservación de sus ecosistemas subterráneos, esos que están conformados por cavernas, cuevas, grutas y acuíferos, entre otros. Este miércoles, y por unanimidad, fue aprobado en cuarto debate en el Congreso de la República, el proyecto de Ley para la Protección del Patrimonio Espeleológico.

En su texto, el proyecto, identificado como el 643 de 2021 de Cámara y 218 de 2020 Senado, y de la autoría del senador del partido Liberal Iván Darío Agudelo, contempla poner en marcha una serie de medidas de política pública para proteger los ecosistemas subterráneos. Estas acciones incluyen actualizar el catastro existente de cavernas y otros espacios subterráneos e implementar medidas para su estudio científico, restauración y uso sostenible, entre otros.

En conversación con Hipótesis, el senador Agudelo indicó que con la futura entrada en vigencia de esta Ley, el país contará con mejores elementos institucionales para la gestión integral del territorio.

“Podremos contar con un inventario de cuevas y conocer, por fin, cuántas son, dónde están y qué contienen, así como su importancia para las comunidades vinculadas a ellas en cada caso. Todo ello en el marco de una política pública única que integra la institucionalidad ambiental, científica, cultural y turística”, afirmó Agudelo.

El legislador aseveró que una de las mayores fortalezas de esta nueva norma es, precisamente, que logra integrar la oferta institucional del Gobierno Nacional en torno a una política pública integrada, que considera no solo la conservación de estos espacios, sino también su estudio, su valoración y sus usos sostenibles.

Agudelo aprovechó la oportunidad para destacar el valor científico y ambiental de las cavernas y demás recursos del subsuelo: “Los aspectos naturales, biológicos, ecosistémicos y de la biodiversidad son ya de enorme importancia científica. Pero, más allá, existe una amplia importancia para otros campos de la ciencia. Los espacios subterráneos son depósitos de información científica muy relevante para entender la tierra y el clima. Es el tipo de conocimiento que le permite al Estado gobernar su territorio de manera adecuada y emprender acciones de gran importancia, por ejemplo, para nuestra adaptación al cambio climático”, señaló el congresista.

Y continuó: “Como es de esperarse, cuevas y cavernas son espacios de gran interés para las geociencias. También, son depósito de registros fósiles, de gran importancia paleontológica y para enriquecer el conocimiento de la historia natural de nuestro planeta. Además, han sido espacios muy significativos dentro de las tradiciones de distintos pueblos y culturas nativas americanas, por lo que albergan también vestigios de interés antropológico como tumbas, restos óseos, momias, y diferentes elementos de importancia histórica y antropológica”.    

Un hito de la conservación

Carlos Lasso, investigador sénior, líder de la línea de Gestión de Recursos Hidrobiológicos del Instituto Humboldt, no duda en calificar la aprobación por unanimidad del proyecto como “un hito para la conservación de la biodiversidad y los ecosistemas en Colombia”.

“Gracias a esta propuesta de Ley vamos a poder conservar en todas sus dimensiones el patrimonio espeleológico de la Nación, entendido este como el conjunto de sistemas kársticos, y pseudokársticos; en pocas palabras, todos los sistemas subterráneos de la geografía”, dice Lasso, quien ha estudiado la fauna y la flora de las cavernas colombianas durante años.

El experto resalta el enfoque integral del proyecto, en el sentido de considerar a estos ambientes de diferentes dimensiones: “en primer lugar, la dimensión biológica, que es la que nos interesa desde el instituto Humboldt, la cual nos permitirá estudiar la flora, la fauna, las aguas subterráneas y todos los servicios ecosistémicos, integrándolos con otras dimensiones clásicas, como la geología, la paleontología, la arqueología y la antropología, entre otras”, asegura.

Mauricio Torres, PhD en ecología evolutiva, destaca el proyecto al decir que “la política atendió a la ciencia, al conocimiento local, a la experiencia del territorio, que alertaba sobre lo valioso que es el paisaje kárstico, lo rico en especies, el potencial turístico que tiene y su valor cultural e histórico, y sobre cómo estos ecosistemas pueden ser tan frágiles a la intervención humana”.

“Estos ecosistemas son tan vulnerables que, aunque se forman en miles o millones de años, pueden ser destruidos en una sola tarde por una retroexcavadora, capaz de alterarlos completamente, bloqueándolos y sellándolos, transformándolos irreversiblemente”, asevera Torres.

Para el científico resulta “notable” el hecho de que se haya podido trabajar durante meses, mano a mano entre diferentes instituciones, con diferentes tipos de conocimientos, y entre diferentes fuerzas políticas: “es algo notorio y deja un antecedente notable sobre cómo la ciencia, el conocimiento local y la política interactúan para conservar la riqueza natural de Colombia".

‘Academizar la política’

El proyecto de Ley no ha estado exento de obstáculos. De hecho, durante las últimas semanas el senador Agudelo y la representante a la Cámara Adriana Gómez Millán, ponente para el último debate, vieron cómo el Gobierno, por medio del ministerio de Minas, emitió un concepto en el que pedía que se retirara la iniciativa, porque, entre otras, podría poner en riesgo compromisos mineros adquiridos.

A partir de ese momento, el apoyo por parte de la comunidad científica y espeleológica se hizo sentir, con diferentes manifestaciones, tanto por redes sociales, como a través de sendas cartas dirigidas tanto al Congreso como al ministerio de Minas.

Frente a este hecho, el senador Agudelo destacó que el proyecto avanzó de la mano de comunidad científica: “Contamos con el apoyo del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, y de científicos expertos en la materia. También, recibimos muestras de respaldo de la Unión Internacional de Espeleología, de la Federación Espeleológica de América Latina y del Caribe; de la Academia Colombiana de Ciencias, y de sociedades espeleológicas de amplio reconocimiento”, recalcó.

Al ser preguntado sobre la importancia de apostarle a la ciencia y al medio ambiente desde el Congreso, Agudelo respondió que se trata de aspectos “clave para desarrollar el verdadero capitalismo moderno”.

“Es el camino —dice Agudelo— para ser competitivos en el mundo, y tener un pueblo próspero y con oportunidades educativas y de trabajo. Pero, más allá de eso, las decisiones que toma el Estado deben alimentarse de criterios científicos para poder cumplir a cabalidad su misión en la sociedad”.

“En este caso, nuestros científicos y académicos advirtieron con preocupación sobre el deterioro y el abandono de nuestra riqueza subterránea. Su trabajo permitió que se visibilizara la importancia de nuestra “Colombia Subterránea”, que fue ese importante trabajo de divulgación científica que adelantó el periodista Nicolás Bustamante, en El Tiempo. Ese fue el insumo para definir una necesidad legislativa, y para orientar la forma en la que se ejerce la soberanía sobre los escenarios espeleológicos. Esa es la razón de apostarle a la ciencia desde el Congreso, y a la academización de las políticas públicas”, puntualizó.

REVISTA HIPÓTESIS