REVISTA HIPÓTESIS
Este jueves, la humanidad amaneció con una impactante noticia astronómica: científicos pertenecientes a la colaboración Telescopio del Horizonte de Eventos (EHT, por sus siglas en inglés), anunciaron que, por primera vez, lograron captar una imagen de Sagitario A*, el agujero negro localizado en el centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia.
La noticia fue dada por medio de varias ruedas de prensa transmitidas simultáneamente desde distintos países y, de acuerdo con la página del Observatorio Europeo Austral, (ESO, por sus siglas en inglés), la imagen representa “una mirada esperada desde hace mucho tiempo”.
"Nos sorprendió lo bien que el tamaño del anillo coincidía con las predicciones de la Teoría de la Relatividad General de Einstein. Estas observaciones sin precedentes han mejorado enormemente nuestra comprensión de lo que sucede en el mismo centro de nuestra galaxia, y ofrecen nuevos conocimientos sobre cómo estos agujeros negros gigantes interactúan con su entorno", aseguró, citado por el ESO, Geoffrey Bower, científico del proyecto EHT y miembro del Instituto de Astronomía y Astrofísica de la Academia Sínica, Taipei.
Benjamín Oostra, profesor del Departamento de Física de la Universidad de los Andes, explica que el hallazgo, que se publica en la revista The Astrophysical Journal Letters, confirma lo que ya se sabía desde hace años: que hay un agujero negro, que es un objeto sólido muy pequeño, pero con mucha masa (de varios millones la de nuestro Sol) en el centro de la galaxia.
Según Oostra, la fotografía publicada no muestra, en estricto rigor, el agujero negro, sino el material que lo circunda. Algo así como tomar una foto a un dedo y no ver el dedo, sino el anillo que tiene alrededor.
“En torno del agujero negro se forma lo que conocemos como el horizonte de los eventos, porque adentro de eso no se puede ver nada. Ese horizonte puede tener solo unos pocos kilómetros de diámetro, y lo que se puede observar es el material que está afuera del agujero negro, y que, justo antes de caer, forma un remolino, el cual va botando material hacia adentro, calentándose a altas temperatura y emitiendo luz en diferentes longitudes de onda, como rayos X y microondas. Eso es lo que se puede ver”, afirma Oostra.
El científico recuerda que, hace unos años, investigadores de la misma colaboración habían logrado una observación similar, pero en el agujero negro de otra galaxia, la M87. En ese momento, dice, la observación fue más sencilla, porque el agujero negro era más de mil veces más pesado que Sagitario A*.
Para Oostra, la importancia de este tipo de avances radica en que representan “hazañas tecnológicas”, que permiten refinar las técnicas observacionales para hacer descubrimientos significativos en el futuro.
“Este estudio no ha revelado ninguna sorpresa, pero lo que se celebra es el desarrollo de técnicas de observación. En este caso, lo que los investigadores hicieron fue ubicar radiotelescopios en varios continentes, para hacer del planeta Tierra una enorme antena, capaz de obtener la información de la luz en forma de ondas de radio. La dificultad con el radio es que las ondas son largas, entonces es más difícil ver detalles pequeños, porque mientras más corta la onda, se pueden ver detalles más finos; sin embargo, mientras más finos esos detalles, se necesitan antenas de mayor tamaño, lo cual lograron ubicando antenas en la Antártida, África y América", asegura el experto.
Los científicos del EHT indican que, ahora, parte de sus esfuerzos los centrarán en aprovechar las imágenes de los dos agujeros que han captado para hacer comparaciones. Asimismo, señalaron que con futuras observaciones intentarán obtener imágenes animadas de estos fascinantes objetos del universo.
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