El reciente ataque de un tiburón a un bañista en la isla de San Andrés revivió, una vez más, el interés sobre estos peces, que, por culpa de películas y otros productos de la ficción, se han ganado una mala fama por su supuesta peligrosidad para los humanos.
Para entender situaciones como la vivida en el archipiélago, y para resolver dudas y aclarar mitos sobre los ataques de tiburones a humanos, Hipótesis consultó a la bióloga Susana Caballero, profesora asociada del departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de los Andes, y quien tiene a su cargo la cátedra de biología de tiburones y rayas.
¿Qué tan frecuentes son los ataques de tiburones a humanos en el mundo?
Los ataques de tiburón en el mundo son muy bajos. Alguna documentación que recopila el número de ataques ha sido aproximadamente de tres al año, ¡en los últimos 400 años!, es decir, realmente es una situación muy rara.
Y, ¿qué tan comunes son estas situaciones en Colombia y, específicamente, en San Andrés?
Según tengo conocimiento, es probable que sea el primer ataque reportado en las últimas dos décadas o más. Es decir, los ataques, de manera general, y en Colombia, son muy poco frecuentes.
¿Cómo se puede explicar el ataque de un tiburón a un humano, si se supone que las personas no hacen parte de la dieta de estos peces?
En algunos casos, por ejemplo, en el caso de los surfistas, se ha sugerido que la forma de una persona extendida sobre la tabla de surf, con brazos y piernas afuera, podría ser similar a la forma de una foca, de un león marino o de alguna otra presa común de los tiburones. Los tiburones dependen más del olfato y de la electrorecepción (la capacidad de detectar cargas eléctricas) al buscar a sus presas. Cuando cualquier ser vivo se mueve, sea pez o humano, va a emitir cargas eléctricas que pueden ser detectadas por el tiburón. Adicionalmente, se ha sugerido que cuando hay zonas afectadas por sobrepesca puede no haber recursos alimenticios suficientes para los tiburones y, por esta razón, ellos pueden migrar a zonas con influencia humana, lo cual podría llevar a un aumento en los ataques.
¿Qué nos puede contar de la especie tiburón que hizo el ataque?
La especie de tiburón que hizo este ataque es un tiburón tigre (Galeocerdo cuvier), un tiburón pelágico, es decir, que vive entre los 0 y aproximadamente 1.000 metros de profundidad, en zonas alejadas de la franja costera. Son tiburones de gran tamaño, alcanzan su madurez sexual cuando tienen entre cuatro y cinco metros de longitud, lo cual, en tiempo, puede tomar en su crecimiento unos diez años. Por esta razón, se conoce que tienen bajas tasas de reproducción, y producen una sola cría en cada preñez (esta especie es vivípara, es decir, sus crías crecen en el útero de la hembra), razón por la cual, la pesca dirigida o incidental los afectan de manera significativamente.
En la zona de San Andrés y Providencia, en la Reserva de la Biosfera de Seaflower, se han detectado varios individuos de esta especie, y se considera una zona importante para la especie en el Caribe. Esta reserva y las Bahamas son las zonas identificadas en el Caribe con la mayor riqueza y abundancia de tiburones de este mar.
¿Tenía sentido buscar a ese tiburón para cazarlo?
No, no tiene ningún sentido. El animal no se puede ver como un asesino a sangre fría, sino como un animal que responde al instinto de búsqueda de alimento. Además, se cree que fue una hembra de gran tamaño la que hizo el ataque, así que, si la cazan, tendremos una hembra menos en la población y, por lo tanto, perdemos su capacidad de producir crías que mantengan estable a la población.
Lo que se hizo fue atrapar a este tiburón hembra y llevarlo diez millas mar afuera de San Andrés, lejos de la franja de playas y, además, se le puso una marca satelital, que permite conocer la posición del animal al seguir sus movimientos con ayuda del satélite. Este trabajo lo hizo nuestro exalumno Diego Cardeñosa, Doctor en Biología, especialista en Biología, genética y Conservación de tiburones, en colaboración con Coralina, la autoridad ambiental del archipiélago.
¿Cuál es la importancia de los tiburones a nivel ecosistémico?
Los tiburones regulan el tamaño de las poblaciones de peces más pequeños en los mares, reduciendo así la posibilidad de que se den explosiones o crecimiento exagerado de poblaciones de peces que, a su vez, podrían afectar a otras especies, por ejemplo de coral, de las cuales se alimentan. Si eliminamos a los tiburones, que son esos predadores tope, entonces se nos desordenan esas relaciones de alimentación, generando lo que se llama una cascada trófica.
¿Debemos los humanos tener miedo de los tiburones?
No. No hay que tener miedo. Si los vemos mientras nadamos o buceamos, lo importante es tomar distancia con tranquilidad. Nosotros somos los visitantes en su casa.
¿Cuál es su mensaje para las personas que puedan sentir miedo de estos animales?
Los tiburones probablemente les tienen más miedo a los humanos que el miedo que ellos nos provocan. Nosotros hemos acabado con sus poblaciones y también con su alimento. Si un lugar está bien cuidado, hay corales y muchos peces, el ecosistema va a proveer suficiente comida para los tiburones. Por esa razón el riesgo de un ataque es muy bajo. Pero también tenemos que aprender a comportarnos alrededor de estos animales, no estar nerviosos y evitar cualquier cosa que genere señales confusas que puedan generar una respuesta inesperada del animal.
REVISTA HIPÓTESIS